Pantallas del aeropuerto

El aeropuerto de Barcelona es, ya se sabe, el mejor de El Prat del Llobregat. Pero tiene algún defectillo. Eso sí, casi nunca culpa del propio aeropuerto. A lo largo de meses, los portavoces de la instalación se han mostrado expertos en despejar pelotas fuera. Si una pantalla dice que un vuelo llegará o saldrá a tal hora y no es cierto, la culpa es de la compañía de aviación, que informa mal al personal de AENA. Si un avión aterriza y el pasajero tarda media hora en conseguir su maleta, es culpa de las empresas que se dedican a ello (concesionarias, por cierto, de AENA, pero eso no importa. No le afecta).

Hace unos días, un lector, P. M., los pilló un renuncio que, esta vez sí, el aeropuerto no ha podido negar que se deba a fallo propio. Estaba en la terminal A esperando la llegada de un amigo en un avión con retraso (eso no es culpa del aeropuerto) y pudo comprobar que una pantalla anunciaba la llegada para una hora y un panel indicaba una hora diferente. Lo supo porque, siendo de madrugada, percibió que un grupo de taxistas desconcertados iban de la pantalla al panel y del panel a la pantalla sin saber a qué atenerse.

El aeropuerto de El Prat explica que los paneles y las pantallas reciben información por sistemas diferentes y que, cuando discrepan, lo que vale es lo que dice el panel grande que acostumbra a estar situado sobre las puertas por las que salen los pasajeros. Las pantallas, se desprende, no son de fiar. Y es una lástima porque hay muchas más que paneles. Un día, un director de aeropuerto preguntaba a un usuario por qué se mostraba siempre irritado. "El aeropuerto es un lugar donde uno entra y pierde, de inmediato, todos sus derechos", repuso el segundo. Ni siquiera tiene el derecho a ser medianamente informado.

Para quejas sobre las administraciones y empresas públicas pueden dirigirse a catalunya@elpais.es a la atención de Francesc Arroyo.