El radar de Escribano

Se acabaron las vacaciones, las comidas copiosas de Navidad, el turrón y las copas de cava. Los jugadores del Sevilla volvían el lunes a su día a día: entrenamiento, ejercicio físico y partidillo. Pero hoy también les espera un examen. No de conocimientos tácticos, sino de "composición corporal". O, lo que es lo mismo, para descubrir si han cometido algún exceso en la semana libre que tuvieron tras la última jornada del año. Para ello deberán rendir cuentas ante el endocrino Antonio Escribano. "Yo les marco una línea previa y les digo que esto es sólo un paréntesis, no un parón", cuenta el doctor, que lleva varios años colaborando con el club andaluz.

Las pruebas consisten en medir cuatro parámetros que vienen a resumir el estado físico del jugador: el peso, el porcentaje de agua en el cuerpo, el de grasa y la masa muscular. Luego, Escribano se encarga de redactar un informe con los resultados de los análisis que se entrega al técnico, Manolo Jiménez.

El endocrino advierte de que "la vida del futbolista está tan ajustada que cuando deja de entrenarse puede perder algo de masa muscular". Aunque su preocupación y la de los jugadores es el aumento de peso. De ahí que el especialista en nutrición les diera unos consejos antes de las vacaciones: "Ellos tienen unas normas generales, que son las habituales durante todo el año. Para estas vacaciones sólo les puse tres normas: mucho cuidado con el alcohol, vigilar los dulces y las grasas y tener en cuenta las cantidades. Por ejemplo, los dulces son hidratos de carbono de rápida absorción que luego se convierten en grasa. Y siempre hago hincapié en que esto es la Liga del empate. Si el jugador ha comido mucho por la mañana, por la noche que tome una cena ligera y que no se acuesten con el estómago lleno".

Escribano asegura que algún futbolista le ha llamado por teléfono para saber si podía comer un determinado alimento o si debía separar la salsa rosa del cóctel de gambas. Incluso confiesa que ha habido algunos que han vuelto a los entrenamientos con menos peso. "Los hay que tienen miedo a engordar", comenta; "pero ellos ya saben que van a tener que pasar este control. Es como si supieran que existe un radar que puede pillarles si van demasiado rápidos. Por eso se cuidan. Pero están muy mentalizados respecto a la importancia de la nutrición".

Después de visitar hoy al Sevilla, Escribano viajará a finales de semana a Bilbao para comprobar el estado físico de los jugadores del Athletic. Un examen por el que ya han pasado los del Numancia y el Mallorca. En todos ellos, afirma, no se ha encontrado con ningún caso de sobrepreso. ¿Y si lo hubiera? "La estructura de comidas diaria para todo el año se debería bajar al 50%. Ahora no se podría cambiar la dieta porque quitaríamos componentes importantes y el jugador no podría seguir un ritmo competitivo alto".