Con la goleada no basta

El fútbol le deparó ayer al Racing una de esas amarguras que es muy complicado asimilar. Pasó por encima de la desidia del Manchester City, al que pudo golear, pero acabó destrozado por las noticias de París, donde el PSG cumplía su parte ante el Twente (4-0) y ampliaba la diferencia de goles que mantenía con el equipo español, eliminado en consecuencia. Al menos, lo que estuvo en su mano lo realizó de forma brillante, un mérito que supo reconocerle El Sardinero.

Robinho pasó por Santander igual de destemplado que el Manchester City. Con la cabeza más puesta en los asuntos de casa, el equipo de Mark Hughes salió a verlas venir. Enfrente, un Racing que ensambló de forma certera las cosas que supo hacer en la primera parte: se evitó descuidos en defensa, manejó el centro del campo y presionó en todas partes a los futbolistas del Manchester City.

Así, las ocasiones se generaron con cierta frecuencia. Un saque de falta de Serrano atrapó despistada a la defensa del equipo inglés, que no contaba tampoco con el error de Schmeichel, ayer un portero siempre quebrado por las dudas. Un rechace suyo lo recogió Pereira para situar con franquía al Racing. Entre la habilidad del delantero y la astucia de Munitis, con esa inteligencia suya para estar en casi todas partes, se fabricó el segundo gol local. Una asociación de los dos puntas que remató, a trompicones, Serrano. Por parte del Manchester City, algunos requiebros de Robinho en los primeros minutos y nada más. El brasileño dispone de libertad absoluta de movimientos, pero la cooperación que recibe es escasa. Cuando abandonó Madrid, proclamó que se trasladaba a Inglaterra para ser mejor jugador porque el estado del Manchester City le iba a ayudar a ello. Ayer, de esos factores no se vio ninguno. Hughes optó por evitarle más sufrimiento y lo reemplazó por Ireland.

Mientras tanto, el Racing jugaba a lo suyo, sin fijarse en lo que ocurría en París. El Manchester City arrancó con otra cara en la segunda mitad, pero fue algo más estético que funcional. Por si acaso, Valera se encargó de confirmar que la de ayer era la noche del Racing. El lateral, cedido por el Atlético, culminó sobre la línea de gol un córner que constató la pasividad británica. Al Racing, que dispuso de varias ocasiones más, le llegó el peor golpe fuera de Santander, con la noticia del cuarto gol del PSG. Ahí se rompió su sueño.