"No añoro la NBA"
Garbajosa afirma que el fichaje de Scariolo por su equipo, el Khimki, avala la consistencia y ambición del emergente baloncesto ruso
De la NBA a Rusia, de Toronto a Moscú, del incómodo ostracismo propiciado por una lesión y el litigio con los Raptors a pieza fundamental en el Khimki. La vida de Jorge Garbajosa dio un nuevo vuelco el día que decidió pasar la página norteamericana. Está acostumbrado a los retos deportivos y también vitales, los que le llevaron de Madrid a Vitoria (Tau) cuando tenía 15 años, a Treviso (Benetton) con 22, a Málaga (Unicaja) con 26, a Toronto (Raptors) con 28 y ahora a Moscú (Khimki), donde este viernes celebrará su 31º aniversario. Un proyecto deportivo ambicioso y consistente y una oferta económica en consonancia convencieron al madrileño de Torrejón de Ardoz.
La depreciación del petróleo y la crisis bancaria, base en los patrocinios del deporte ruso, incluido el Khimki, provocan serias dudas sobre la viabilidad económica de sus mejores clubes. Pero el fichaje de Sergio Scariolo por tres temporadas como entrenador en sustitución del lituano Kestutis Kemzura ha disipado las dudas en el equipo de Garbajosa. "Con él coincidí en el Tau y el Unicaja. La ambición del club es máxima. Tendrá que ponerse manos a la obra enseguida, imponiendo sus ideas sobre el juego al mismo tiempo que teniendo muy en cuenta los resultados", considera el pívot español. Scariolo tiene previsto llegar a Moscú en las próximas horas. Una vez allí, tratará con los directivos del Khimki sobre la posibilidad de hacer compatible su cargo con el de seleccionador español, para el que ha sido sondeado por el presidente de la federación, José Luis Sáez.
El presidente del club mandó construir un gimnasio idéntico al de los Bulls
Garbajosa cuenta qué se encontrará Scariolo en Moscú: "El club es muy nuevo. Todavía está ajustándose a los requisitos necesarios para estar en la élite, pero es hiperprofesional y cuenta con muchos recursos". Tantos, que su presidente, Aleksey Bodunkov, mandó construir un gimnasio idéntico al de los Bulls a raíz de una visita a Chicago. El apoyo de una entidad bancaria y del Gobierno de la región alimentan las posibilidades del club, radicado en la periferia de Moscú. La plantilla cuenta con varios jugadores de primer nivel, caso de Delfino, compañero de Garbajosa en los Raptors, o Moiso y Lampe, ex pívots del DKV Joventut y el Madrid respectivamente.
"Las cosas me van bien. Sólo me acuerdo de la lesión [fue operado dos veces del tobillo izquierdo en marzo y diciembre de 2007] cuando me preguntan los periodistas. No me he perdido ni un solo entrenamiento y los resultados del equipo, hasta ahora, son aceptables". El Khimki es segundo en la Liga rusa y segundo en su grupo en la Eurocopa ULEB. El internacional español vive en una de las urbanizaciones que forman Khimki, a sólo cinco minutos del coqueto pabellón de su club, con capacidad para 3.500 espectadores. Nada que ver con los 20.000 espectadores que se congregan en el Air Canada Centre de su ex equipo, los Raptors.
"No añoro la NBA. Pasé dos años muy buenos allí. La experiencia, a pesar de la lesión en el segundo, fue positiva. Pero no me arrepiento del paso que he dado. Quiero ayudar a este equipo a crecer. Sus dirigentes me demostraron que el proyecto es muy ambicioso y las expectativas son altísimas", afirma. El objetivo es obtener la clasificación para disputar la próxima edición de la Euroliga. Eso pasa por ganar la Liga rusa o la Eurocopa ULEB. "También se habla sobre la posibilidad de que la reforma de la Euroliga permita que se clasifiquen dos equipos rusos. Sería más justo que ahora por el nivel, las infraestructuras y la inversión de los clubes. Es injusto que se clasifique sólo uno".
En Moscú empieza a hacer frío, pero todavía no es muy intenso. "Mi ventaja es que en Toronto ya me acostumbré a temperaturas bajísimas, inferiores a los 15 o 20 grados bajo cero, y a estar con nieve durante bastantes semanas", se consuela. Algunos viajes son tan largos como en Estados Unidos. "Por ejemplo, jugamos en Vladivostok, a nueve horas en avión de Moscú y con una diferencia horaria de siete", relata.
Garbo había estado en Rusia cuando jugaba en el Unicaja: "Moscú me está sorprendiendo. Ha crecido mucho en los últimos años. Aquí se encuentran algunas de las tiendas más exclusivas y caras de Europa, aunque, desde luego, también existen zonas de mucha pobreza". Su domicilio se encuentra a unos 20 minutos del centro de la ciudad, de la Plaza Roja. "¡Ojo!, eso por la noche o en un día sin tráfico, pero durante un día normal ese mismo trayecto puede durar una hora y media", matiza. El club ha puesto a su disposición un coche con chófer. Eso le facilita la vida. Ahora, la llegada de Scariolo puede contribuir a una mejora en el nivel competitivo que exige el nuevo baloncesto ruso.
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