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Entrevista:ANDONI ZUBIZARRETA ENTREVISTA A IKER CASILLAS | El gran clásico

"Me como mucho la cabeza, es una locura que nos metan tantos goles"

Andoni Zubizarreta (Vitoria, 1961) llega sonriente al pequeño reducto marisquero del centro de Boadilla del Monte en el que le ha citado Iker Casillas (Móstoles, Madrid; 1981). Zubizarreta se muestra curioso por desentrañar los secretos del extraño fenómeno que le ha sucedido en la portería -y en la capitanía- de la selección española. El sentimiento de admiración es recíproco. "Me han dicho que tú, en la selección, manejabas mucho", le dice Casillas con una risita inquisitiva. Atacan las coquinas y no tardan en hablar del clásico. De portero a portero.

Zubizarreta. En mi Barça jugábamos con mucha gente arriba y quedaba mucho espacio delante del portero. Recuerdo que un día, en el túnel de vestuarios, los jugadores discutían sobre cómo entrar al contrario, si por la derecha o por la izquierda. Y yo les dije: "¡Mirad para atrás porque hay una pila de metros! ¡Como haya un contraataque...!". Esto ahora, con Pep Guardiola, se ha equilibrado un poco. Hay más línea de defensa. A mí siempre me ha parecido que el Barça se ha volcado más al ataque y el Madrid es un equipo más equilibrado.

Casillas: "Las que más me preocupan son las jugadas a balón parado"
"Hemos estado desordenados. No ha sido culpa de Schuster, sino nuestra"
Zubizarreta: "Iribar me daba pautas. Su última frase era: 'Pero el juego lo ves tú"
"A veces, el error es intentar solucionar en la primera jugada lo que vienes haciendo mal"
Zubizarreta: "Cuando no jugaste contra el Zenit, pensé que te habías hecho daño"
Casillas: "Juande fue transparente. No entiendo por qué se ha generado intriga"
Zubizarreta: "Al Madrid le interesará un partido heroico, que pasen muchas cosas"
"Siempre me pareció más equilibrado. El Barça se vuelca más al ataque"
Casillas: "Raúl pesa en el equipo lo que pesamos todos. Lo mismo"
"Xavi me inquieta más que los delanteros. Si él no los mete en el partido..."
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Casillas. Hace cuatro años, cuando estaba Luxemburgo, el equipo estaba totalmente desordenado. Eran idas y venidas. Nunca teníamos a nadie en el centro del campo. Atacaban cinco y defendían cuatro... Era un desbarajuste tremendo. Cuando vino, Capello hizo que el equipo se conjuntara más, que jugáramos más juntos, como en la época de Del Bosque, cuando las líneas de defensa, centro del campo y delantera se diferenciaban más. Con Schuster hemos estado igual. Lo que pasa es que en los últimos tres o cuatro partidos nos hemos parecido al equipo de hace cuatro años. Ahora, Juande ha vuelto a insistir en que las distancias no sean tan largas.

Z. Cuando era director deportivo del Athletic, recuerdo que Ernesto Valverde también era un entrenador preocupado por el equilibrio. Yo le decía que eso es un objetivo en el fútbol, pero que en San Mamés éramos poderosos en la medida en que éramos un equipo desequilibrado, cuando jugábamos por oleadas, sin saber muy bien a qué, cuando el partido se desbocaba. Tal vez al Madrid le interese que el partido en el Camp Nou sea así: heroico, que pasen muchas cosas.

C. Depende de las circunstancias. Este año, los partidos que hemos hecho han sido más heroicos, empezando por la Supercopa española, que ganamos con nueve. Últimamente, hemos estado un poquito desordenados. Y no ha sido culpa de Schuster, sino de nosotros, que nos hemos dejado llevar y no hemos recordado los movimientos que hacíamos. Eso nos ha hecho más vulnerables en el plano defensivo. Nos han llegado por oleadas. Nunca, desde que estoy en el Madrid, he recibido tantos goles. Es de locos.

Z. ¿Cómo afrontas las cosas cuando acaba el partido? Yo siempre me iba a casa con la sensación de que podría haber hecho más.

C. Yo la cabeza me la como hasta cuando ganamos por 4-1. El día que ganamos por 6-1 al Sporting me comí la cabeza por ese gol que nos hicieron. Prefiero ganar por 1-0 que por 5-1. Quiero sufrir y ganar por la mínima antes que estar recogiendo balones de la portería. Pero este año... Me he quedado tranquilo porque en muchos goles no pude hacer gran cosa. En otros, sí. Pero, con autocrítica y todo, he estado tranquilo y he podido dormir bien.

Z. Ahora que hablas de comerse el coco, ¿cómo llevas la preocupación de los partidos a los entrenamientos?

C. Cuando pasa un partido en el que me han metido dos o más goles, intento olvidarme. No quiero ni escuchar, ni ver ni leer nada. Al día siguiente empiezas con ilusión, con ganas. Como diría Luis Aragonés: "Te sofronizas". ¡Sofronización! Empiezas a ver qué vas a hacer, cómo vas a coger la bola, cómo vas a salir... Pero, claro, cuando llega el primer momento... Recuerdo el día del Getafe. Estaba concentrado, metido, había hecho un buen calentamiento, con buenas acciones, confiado... Y llega el primer balón y, ¡pumba!, gol. De repente, cambia todo. Te quedas tocado. Y yo soy una persona que me como mucho la cabeza en ese sentido. Sobre todo, cuando las cosas van mal. En los entrenamientos me pasa igual. Hoy hemos perdido por 5-4 en el partidillo y me como la cabeza porque nos han metido cinco goles.

Z. Durante años, tu puntuación fue de 12. De pronto, esta temporada ya no te califican de portero milagroso. ¿Hasta qué punto es perjudicial que todo el mundo espere de ti continuamente unas respuestas extraordinarias?

C. Personalmente, no me encuentro en una situación mala. Y yo soy el primero que me hago autocrítica. A mí no me tiene que decir ningún periodista si lo he hecho bien o mal. Está claro que, cuando te meten cuatro goles, al primero que se le piden responsabilidades es al portero. Yo lo analizo. El otro día, cuando terminé el partido contra el Sevilla, llegué a mi casa y miré los goles. ¿Te digo la verdad? En el primero pude hacer mucho más. Claro que, si yo tocaba el balón, Kanouté me lo habría rematado solo de cabeza. Le cayó a Adriano y metió gol. Pues, chico, mala suerte. No hay que darle más vueltas. En el segundo gol, si paraba esa bola, efectivamente, habría sido un auténtico portero de la leche... Yo siempre dije que no era la Virgen de Lourdes.

Z. En mis inicios, tenía gente alrededor con la que hablaba de mis experiencias y me ayudaba a sobrellevar la presión inherente al puesto. ¿Tienes alguien de confianza, algún amigo tuyo, un preparador de porteros, un jugador...? No tanto para mejorar, sino para decirle cómo estás.

C. El otro día vino Juande y me preguntó cómo me encontraba, que cómo me había ido todo. Le dije que bien, que normal. Lo que pasa es que ahora mismo... Pues... que no. No es confianza. Necesitas un partido bueno para decir: "Hostia, ya empiezo, ya empieza la racha". Tú me entenderás: ha habido partidos que me han tirado desde 40 metros que he dicho: "Por favor, que no tiren porque me la meten". Y luego hay veces que me han tirado a dos metros de distancia y he dicho: "La saco". ¡Y la sacas! Es la confianza que tienes en cada momento. Se recupera poco a poco. Tampoco tienes que obsesionarte con que un día vas a parar cuatro balones de gol. A lo mejor tienes que decir: "Hoy he llegado. Hoy he tocado la pelota, aunque ha entrado". A la siguiente: "¡Mmm...! La he tocado, ha pegado en el palo y se ha ido fuera". Tienes que conformarte poquito a poco. Sin obsesionarte con hacer la gran parada para estar otra vez bien. Para nosotros, lo más importante es la cabeza, cuidarnos de que las cosas no nos perjudiquen en el sentido de alterar nuestra autoconfianza.

Z. Muchas veces el error de los porteros es intentar solucionar las cosas que vienen haciendo mal en la primera jugada del siguiente partido. Lo que suele pasar es que, en vez de la gran parada, haces la gran cagada. Cuando empecé en el Athletic, sintonicé con Iribar, que era mi ídolo. Me ayudó porque a veces tienes problemas a la hora de interpretar el juego. Dudas. A lo mejor ves un balón claro y, sin embargo, no vas. Iribar me decía: "Oye, que has estado bien... Oye, que te estás conformando y podrías haber hecho más".

C. A mí no hace falta que nadie me diga nada. Yo agradezco los consejos, pero el primero que no se va a engañar voy a ser yo. Si tengo una virtud muy buena es mi cabeza. Soy muy fuerte frente a ese tipo de cosas. Si fallo por arriba, ya sé yo que fallo por arriba. No hace falta que me lo diga nadie.

Z. El día de los penaltis con Italia en la Eurocopa, cuando le pediste a Ochotorena que no te recordara cómo tiraban los italianos ("¡no me lo digas, que ya veré yo lo que pasa!", le dijiste) me dio la sensación de que te sentías más fuerte si no analizabas los rivales.

C. Si tengo que saber que Messi la pega muy a la derecha, en mi cabeza ya está que la pega muy a la derecha. Esto hace que dé un pasito a la derecha y... como que no. A mí Pedro Jaro

[entrenador de porteros del Madrid] llega y me dice: "Kanouté ha tirado los últimos cuatro penaltis por la derecha. El último que tiró a la izquierda se lo pararon y luego ha vuelto a tirar por la derecha". Digo: "Vale, de cinco penaltis ha tirado cuatro por la derecha y uno por la izquierda. ¿Y quién me dice a mí que no lo puede tirar a la izquierda? ¿Qué pasa? ¿Acaso me tengo que tirar a la derecha por estadística?".

Z. Es que hay una parte del juego que es intransferible. Si estuviéramos en la misma situación en la portería, tú verías las cosas de una forma y yo de otra porque yo debo resolverlas con mis capacidades y tú con las tuyas. La jugada nunca es la misma. Iribar podía darme pautas: "En los córners me parece que te estás colocando un poco para adelante. A lo mejor, si lo esperas más cerrado... Pero el juego lo ves tú". Su última frase siempre era: "Pero el juego lo ves tú". Siempre recuerdo el gol de Nigeria [en el Mundial de Francia en 1998]. Yo dudo en cerrar, el balón viene por dentro, meto la mano blanda, la toco y el balón va dentro. Pero yo tengo la sensación de que, si la dejo pasar, va a llegar un nigeriano por la derecha. Luego veo las imágenes y ese nigeriano no está tan cerca como estaba en mi cabeza. Hay cosas irreproducibles porque están en la dinámica del juego. ¿Tú eres tan intuitivo como pareces?

C. De la intuición tiro poco. Sólo en los penaltis.

Z. ¿Te preocupa más Messi, Henry, Eto'o o Xavi?

C. A mí siempre me ha inquietado más Xavi que los delanteros. Si Xavi no los mete en el partido, no son tan peligrosos. Lo sé porque los conozco a todos. No por intuición, sino porque los he visto. Con verte los resúmenes ya te basta para saber lo que tienes que saber de un jugador. Por ejemplo: si como delantero tuviera que hacer un mano a mano con Víctor Valdés, solamente me la dejaré un poquito más adelantada porque sé que es muy rápido y que casi siempre pilla el balón. Pero eso no es intuición. Es conocimiento. El conocimiento es importante, pero no tanto. En el Bernabéu, jugando contra el Arsenal, Henry me hizo un gol desde la izquierda, con la derecha y al palo largo. Esto no pasa siempre. He jugado contra Henry varias veces y me la ha tirado al palo largo y al palo corto. Messi me la ha tirado al palo largo y me ha regateado. Tienen tantos recursos que no sabes por dónde te pueden venir.

Z. ¿Cómo vives como portero la responsabilidad de un clásico? A ti, antes de la final de la Eurocopa, te habrá pasado lo mismo. Interiorizas que un error tuyo te va a marcar para siempre.

C. Yo siempre recuerdo el error de Arconada en la final de la Eurocopa de 1984. Fue totalmente injusto que, a pesar de haber hecho un torneo tan impresionante, se le recordara por su error. Piensas, piensas... Pero lo que no puedes hacer es quedarte en eso. Porque, si lo piensas demasiado, al final por algún lado te va a venir. Como pienses que vas a salir a un balón, que lo vas a fallar, que se van a cagar en tus muertos y que uno lo va a meter porque tú no lo has cogido, al final va a pasar. Por eso lo más importante es la cabeza. O piensas en que lo harás bien y tienes confianza en ti mismo o estás jodido.

Z. ¿Tanta ha sido la indolencia de Schuster como dicen?

C. Schuster, para mí, es un fenómeno. Cuando dijo que al Camp Nou no podíamos ir a ganar, pensé que fue un comentario más de ésos que hacía para picarnos. Lo hacía incluso cuando ganábamos. No es nuevo. Lo que pasa es que ahora, como estamos en una dinámica de perder partidos, parece que todo es malo. Antes, con las mismas declaraciones, nadie decía nada. Había que respetarle como era. A mí me encantaba.

Z. Las declaraciones de Cruyff eran muy parecidas. Eran de echarle a comer aparte. Decía: "Veo que el equipo está muy mal". Luego, eso tenía el efecto contrario. Si hubiera estado en esta época, con esta sensibilidad, no sé lo que habría pasado. Un día bajamos al vestuario perdiendo por 0-2 en el descanso. Todo el mundo pensaba, siendo Johan como es, que nos esperaba una buena. Llegó, se fue a la máquina de café, cogió el palito y se puso a revolver sin decir nada. Nos quedamos pensando: "¡A ver la que nos cae!". Pero sonó el timbre del árbitro y dijo: "Salid y arreglad esto porque vaya lío en el que os habéis metido". Íbamos por el túnel y decíamos: "¡Este tío no dice nada y luego habla como si él no tuviera la culpa!". Pero salimos y ganamos por 4-2. A la vuelta, nos esperaba como diciendo: "Os he motivado".

C. Schuster tenía algo de eso ¿Que no hablaba en el vestuario? Eso cada uno lo toma por donde quiera. Seguramente habrá jugadores que dirán: "¿Y este tío por qué no habla?" Otros dirán que no habla porque está hasta las narices. Y otros, como yo, que no habla para motivarte a hacer las cosas bien. ¿Qué va a decir Schuster si perdemos contra el Real Irún? Otra cosa sería con el Milan o el Manchester. Creo que supo tocar cuando tenía que tocar.

Z. Cuando puse la tele y no te vi en la alineación el día del Zenit, pensé que te habías hecho daño o que te habían expulsado. Me extrañó que un jugador franquicia no estuviera en el campo.

C. Juande llegó, habló conmigo varias veces y fue transparente. No entiendo por qué ha generado intriga este tema. A lo mejor no hay nada de qué hablar. Cuando el míster dijo que ante el Zenit puso a los mejores, dijo lo que tenía que decir. Si no, sería un hipócrita. Si el míster duda de mí, tendré que seguir trabajando. A mí, si a estas alturas me quedasen dudas... Yo creo que el puesto se gana día a día. Si yo estuviera bajando los brazos porque he ganado una Eurocopa... Me perjudicaría y lo entendería.

Z. Cuando ves que el rival te está dominando, como portero lo sufres especialmente. A mí me tranquilizaba que el balón fuera a determinados jugadores, como Laudrup, Stoichkov y Romario, porque sabía que en un momento te podían aliviar incluso jugando mal. ¿Qué jugador de tu equipo te gusta ver que recibe el balón en esos momentos?

C. A nosotros nos ha perjudicado mucho perder a Robben el otro día. Está muy rápido, encara mucho y puede crear cualquier situación de peligro, penaltis, faltas. Aun así tenemos jugadores muy importantes: Guti metiendo balones al hueco, sobre todo a Higuaín, puede ser determinante. Higuaín está corriendo mucho y ha demostrado con creces que ya ha dado ese paso de niño a jugador importante... Además, está Raúl, que es un valor por su experiencia. Pero le ha perjudicado la lesión de Van Nistelrooy porque se complementaban muy bien.

Z. ¿Cuál es el peso de Raúl en un momento de problemas como el actual?

C. Raúl pesa lo que pesamos todos. Lo mismo. Es una referencia para todos. Para mí, también. Pero yo, a raíz de que he convivido más temporadas con él, también he incorporado cosas de la gente más veterana, como Hierro, Sanchís o Redondo. Lo que ellos me inculcaron en su día intento inculcárselo a los más jóvenes.

Z. A mí lo que más me preocupaba cuando jugábamos en el Camp Nou era la cuestión del equilibrio. Teníamos que tener a nuestros dos jugadores pequeños marcando al media punta y al punta y que Koeman hiciera de libre. Continuamente, el proceso debía ser ése. Porque a veces en el ataque uno de los tres se iba y te quedabas uno para uno.

C. Lo que más me ha preocupado a mí últimamente ha sido la defensa del balón parado. Es como más desbarajustes hemos tenido. La única forma de mejorar es poniendo más atención. Para esto hay que darle responsabilidad a cada jugador. Lo mejor es que cada uno coja al suyo porque, cuando marcas en zona, cada uno se responsabiliza lo justo. Si yo sé que salgo por arriba, tengo que tener el apoyo de mis compañeros por si fallo, para que corrijan.

Z. Recuerdo la final que perdimos con el Milan en la Liga de Campeones. Nos tenían dominados. Yo decía: "A ver si la coge Romario". Messi es igual. Da la impresión de que es capaz de hacer una jugada de gol donde no había nada. ¿Qué impresión te causa cuando lo ves arrancar?

C. Cuando lo ves en la tele, te parece muy bueno. Luego, en el campo... Impresiona más a los defensas que a los porteros. Si te digo la verdad, hace lo que quiere con sus marcadores. Regatea a todo el mundo. Pero, si luego me llega y tira, ¿qué puedo hacer? Mala suerte.

Z. ¿De quién esperas más? ¿De Messi o de Eto'o?

C. De Eto'o. Al Madrid le tiene comida la cabeza.

Iker Casillas y Andoni Zubizarreta, el pasado jueves en un restaurante madrileño.
Iker Casillas y Andoni Zubizarreta, el pasado jueves en un restaurante madrileño.ULY MARTÍN

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