"Ha sido como una película sin público"
Aguirre, que vio el partido en el palco, elogia a plantilla y afición
El Atlético completó el pleno español en la Liga de Campeones en el encuentro más esperpéntico de la noche. Justo lo que no quería ni en pintura la directiva: "El partido tenía un peligro añadido, que los jugadores se despistaran y terminaran relajándose como si en vez de jugarse los octavos estuvieran en un entrenamiento". "Así es, no quería que el equipo se dispersara, que los muchachos no se tomaran la cita con la concentración adecuada", reconoció Javier Aguirre, el técnico; "¡Seguimos vivos! ¡No era un amistoso de pretemporada!".
"Confuso por las circunstancias", Maxi no sabía si gritar de alegría o encender una hoguera. "Ha sido muy incómodo" reconoció el argentino; "Mirá que estábamos avisados, pero ha sido un partido rarísimo. ¡Y encima hacía un frío bárbaro!", asintió el capitán del Atlético castañeteando. "Sí se ha notado, sí", reconocía Simão, al que un periodista cubrió con su abrigo cuando le vio temblar. "Ahora podemos descansar un poco, y centrarnos en la Liga", abundó el portugués, que agradeció "el calor" de la afición.
"Estoy orgullosísimo de mis jugadores y de los hinchas. He sentido una gran emoción. Ya el hecho de salir a la calle de pasar frío, de no ver el partido, habla de que este club es un sentimiento", resumió Aguirre. Pernía, que se quitó la espina del penalti que le pitaron en Liverpool y retrasó la clasificación del Atlético, añadió: "Hoy voy a dormir a pierna suelta".
Igualado a 11 puntos con el Liverpool, la escuadra rojiblanca se jugará el primer puesto del grupo el 9 de diciembre en Marsella. El conjunto de Rafa Benítez lo hará en Eindhoven. El presidente del Atlético, Enrique Cerezo, quiso apaciguar la turbulenta relación con la institución francesa. "Marsella es una ciudad civilizada, y vamos a ir allí sin temor, a ganar... Pero mejor que sea sin el apoyo de la afición. Evitemos problemas", estimó Cerezo.
El eco y el viento que soplaba desde la sierra de Guadarrama permitían escuchar a los jugadores como si estuvieran a metro y medio. "¡Venga, va!", "¡Dale Kun!", se gritaban mientras Aguirre -que cumplió su último partido de sanción- les seguía desde el palco. La megafonía del estadio celebró la puntería del extremo portugués y del medio argentino retumbando con una algarada de gritos enlatados, mientras los videomarcadores emitían una secuencia de diez segundos con imágenes de una grada abarrotada.
"El espectáculo lo forman los aficionados", zanjó Aguirre; "Ellos ponen el color. Ha sido como una película sin público". "Después de tantos años fuera de Europa era importante entrar con el pie derecho, hemos dado un paso adelante. Nos merecemos estar entre los 16 mejores clubes de Europa", se despidió.
"No estoy de acuerdo. No han sido tan buenos como en la ida, cuando nos metieron tres goles", le replicó su homólogo, Huub Stevens, cuyo equipo se quedó fuera de la siguiente fase.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.