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Entrevista:Hans-Werner Sinn | Presidente del IFO

"Empieza un nuevo régimen mundial"

Lluís Pellicer

El presidente del Instituto de Investigación Económica (IFO), Hans-Werner Sinn (Brake, Westfalia, 1948), que ha visitado Barcelona para hablar ante antiguos alumnos del IESE, no esperaba demasiado de la cumbre del G-20. "Sólo proclamas generales, pero no resultados reales", dice. El calendario, en pleno fin de mandato de la Administración de George W. Bush, no ayudó. Y tampoco que no estuviera el presidente electo, Barack Obama. Aun así, Sinn espera que en el próximo encuentro sí haya "decisiones sustanciales".

Pregunta. Hasta ahora se han adoptado medidas nacionales para problemas que son globales. ¿No se perdió demasiado tiempo?

Respuesta. Sí. Y hay que uniformizar las reglas sobre la supervisión internacional del negocio bancario para que sean implementadas por los bancos centrales.

"Las ventas al descubierto no son funcionales. Deben prohibirse"
"El mejor periodo de la historia de Estados Unidos ya ha terminado"

P. ¿Qué reglas?

R. La crisis bancaria es resultado de hacer negocio con muy pocos fondos propios. Los bancos minimizaron el capital propio y trabajaron con un alto apalancamiento, lo que los hizo vulnerables. Entraron en un juego. Si no se pone mucho capital de la compañía, tampoco se puede perder. Pero la crisis ha demostrado que debe haber un capital mínimo exigible, que los bancos deben ser más prudentes y que se deben revisar los instrumentos financieros del mercado.

P. ¿Y qué se debe hacer con ellos?

R. Pongo un ejemplo. Con las ventas al descubierto se especula hacia abajo y sólo sirven para depreciar el mercado, lo que enriquece a unos y empobrece a otros. No tienen una función económica y deben ser prohibidas.

P. ¿Pero aceptarán los países anglosajones ceder soberanía y fijar una supervisión única e internacional?

R. Ésa es la cuestión. Ya se planteó en una reunión del G-8. Alemania y Francia trataron de empujar a los anglosajones para uniformizar la regulación bancaria, pero lo rechazaron. Viendo la catástrofe, ahora pueden decidirse a participar.

P. ¿Qué responsabilidad han tenido los directivos al beneficiarse de grandes remuneraciones por resultados a corto plazo?

R. Atribuirles toda la culpa me parece una explicación muy simple. Si una calle está bloqueada por los coches, ¿es culpa de los conductores o de que no hay policía que los controle? Sí creo que algunos directivos cometieron errores, e incluso algunos pueden considerarse delitos. Pero deben fijarse unas reglas muy claras también para eso.

P. ¿Lo peor ya ha pasado?

R. El colapso financiero, sí. No creo que desaparezcan más grandes bancos porque los gobiernos han lanzado paquetes de rescate por más de tres mil billones de euros. Es una gran cantidad, suficiente para prevenir otra caída. Pero la economía mundial ya está en declive.

P. ¿Por cuánto tiempo?

R. EE UU lo tendrá más complicado porque los hogares han vivido durante una década por encima de sus necesidades. El déficit por cuenta corriente era cada año de más de seiscientos billones de dólares, y estos extras se financiaban con papeles extraños como CDO (collaterized debt obligations). Este déficit debe desaparecer. Se reducirá en la próxima década, pero será dañino porque los hogares deberán consumir menos para ahorrar y proveer a los negocios con los fondos que necesitan para funcionar. Sólo se logrará con una recesión, una devaluación del dólar o ambas cosas a la vez. Y esto tendrá efectos sobre los países que exportan a EE UU.

P. ¿Debe el Banco Central Europeo recortar más los tipos?

R. Lentamente, sí. Pero no es una crisis sólo de liquidez, sino también de solvencia, que no se puede resolver sólo bajando los tipos de interés.

P. ¿Y cómo saldrán de la crisis los países emergentes?

R. Ahora se verán afectados, pero el principal problema lo tiene EE UU. Su mejor periodo de la historia se ha terminado y empieza un nuevo régimen, en el que van a ir decreciendo con relación al resto del mundo. Brasil, Rusia, India y China saldrán fortalecidos. -

El presidente del Instituto de Investigación Económica (IFO), Hans-Werner Sinn, en Barcelona.
El presidente del Instituto de Investigación Económica (IFO), Hans-Werner Sinn, en Barcelona.TEJEDERAS

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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