Y ahora, el oro
El miedo a la crisis alumbra un sector de inversión en metales preciosos en España
Estos días, los españoles empiezan a descubrir que no sólo pueden comprar oro en forma de pulseras, sino también auténticos lingotes, como esos que aparecen en los thrillers de Hollywood. Internet y las páginas de muchos diarios, sobre todo de provincias, aparecen estos días con una amplia oferta de empresas que venden o compran oro para inversión. La mayor parte son joyeros, que han decidido diversificar desde la joya hasta la moneda, lingote o chatarra de oro pura y dura. Pero también han surgido empresas que tratan de crear un mercado de inversión de oro en un país que casi desconocía esta posibilidad hasta hace muy poco
Es el caso de Oro Directo, CIODE u Oro a Precio Único, una empresa que se lanzó a la franquicia en 2007. El interés se inició hace unos dos años, con la ralentización inmobiliaria, cogió velocidad en 2007 y ha estallado tras el verano, con las dudas sobre la capacidad de los bancos para devolver los depósitos.
El aumento de la demanda ha dejado a algunas empresas sin existencias
Marta Domínguez, directora de Oro Direct, una empresa fundada en Valencia en 2006 por el austriaco Michael Berger, afirma que "el número de clientes se ha multiplicado por diez en dos meses. Ahora tenemos unos 2.000". El valor medio de las compras también se ha disparado. "Antes, la media de inversión estaba sobre los 5.000 a 10.000 euros. Ahora está entre los 25.000 y los 40.000", afirma. La empresa venderá este año dos toneladas de oro, algo nunca visto.
Joaquín Van den Brule, responsable de CIODE, una empresa con más de dos décadas de vida, asegura que la demanda se ha multiplicado por 15 en el último mes y medio. "Ahora tenemos clientes que llegan a comprar cinco o diez kilos de golpe", dice.
No hay muchas cifras fiables en este negocio, pero sí un dato significativo. Sempsa, la mayor empresa española de producción de metales para la joyería y la inversión, perteneciente al Grupo Cookson (uno de los líderes mundiales en el trading de metales preciosos), ha incrementado su facturación entre 2005 y 2007 de 165 a 215 millones de euros, un 30,3%.
El fenómeno no ha sido privativo de España. Domínguez considera que "se ha dado en todo el mundo debido al clima de desconfianza. El oro para inversión, que hace diez años representaba apenas el 4% del total, ahora está en el 19%". De hecho, este desplazamiento al oro ha dejado a muchas de estas empresas descolocadas. Oro Direct asegura que se han quedado sin existencias y que será difícil que antes de febrero puedan retomar las entregas de lingotes y monedas. "Hemos tenido que suspender las ventas. Nuestro proveedor, la suiza Argor Heraeus, filial de la Casa de Moneda de Austria, no tiene tanta disponibilidad de oro", dice Domínguez.
También en CIODE hablan de escasez. "No hay monedas ni lingotes. Las monedas las estamos vendiendo incluso más caras debido a que no hay producción suficiente". Marion Muler, directora de la web OroyFinanzas.com, afirma que la demanda ha sido tan intensa que los fabricantes de la Kruger Rand, surafricana, la moneda más famosa para inversión, no dan abasto. Menos problemas parecen tener los joyeros que se dedican a esta venta. Esto porque sus clientes les ofrecen cada vez más joyas (dicen que por la crisis), que funden y convierten en chatarra.
Muchos de estos joyeros (hay centenares en España que lo hacen) están vendiendo lingotes o incluso chatarra, producto de fundición de joyas. Joyas Minerva, uno de ellos, vende chatarra de 18 quilates a 15.000 euros el kilo. En la Asociación Española de Joyeros no han querido cuantificar el volumen de estas operaciones, ya que si bien reconocen que muchos de sus asociados se dedican a ese negocio, dicen: "Nuestro ámbito como asociación se limita a la joyería, y no al oro de inversión".
Aun teniendo en cuenta este interés, España sigue siendo un mercado incipiente, "diez veces más pequeño que el alemán", aseguran en Oro Direct. El volumen de venta de oro a particulares es muy inferior al habitual incluso en Francia o Austria, donde existen decenas de empresas que comercializan lingotes y monedas, incluidos los bancos comerciales. En España, al contrario de otros países, el Banco de España ni siquiera acuña monedas de oro. Los profesionales lo atribuyen a la escasa tradición. En España, explica Julian Sardá, director general de Sempsa, empresa que produce oro, plata y otros metales para la industria de la joyería y el mercado de inversión, no se ha invertido tradicionalmente en joyas. "Hasta el año 2000 no resultaba interesante hacerlo como inversión, ya que había que pagar un 16% de IVA", explica.
Pero esto cambiará. El problema de invertir en oro a través de joyas, reconoce Sardá, "es que éstas incorporan cada vez más en diseño. Incluso en una joya con elevada incorporación de metal, es difícil que éste valga más del 50% del precio de la joya". Ahora bien, pasará bastante tiempo hasta que ese mercado se consolide y desplace a los joyeros.
De momento, no a todos les gusta invertir a través de las nuevas empresas, con poca visibilidad en la calle (casi no tienen tiendas), lo que obliga a hacer las transacciones por teléfono o Internet. La fuerte volatilidad de las cotizaciones también ha complicado la operativa, que puede resultar engorrosa. "El precio cambia ahora", asegura Van den Brule, "varias veces a lo largo de una mañana".
Además, el oro no es una inversión como cualquier otra. Valor refugio, sí, pero de rentabilidad muy discutible. Contra lo que afirman los profesionales de las nuevas empresas, no está clara su capacidad siquiera para mantener valor. No vale para el corto plazo, ya que la diferencia entre precio de venta y recompra es muy elevada. Las empresas y joyeros aplican un margen de entre el 6% y el 10% sobre el Fixing de Londres, el mercado de referencia. Y para recomprar aplican una rebaja similar.
El viernes 31 de octubre, Oro Direct vendía un lingote de 100 gramos por 2.516 euros, cuando el precio oficial en el Fixing de Londres (730,7 la onza) era de 2.349 euros, con una prima del 7,1%. En el sector explican que la prima se debe a que hay que pagar el margen del proveedor, la fundición, el transporte, el seguro y los márgenes del vendedor final. "Pero es que, como falta oro, es imposible comprarlo al precio del Fixing de Londres. Estamos pagando un 3% por encima de ese mercado", afirma Domínguez.
Escaso recorrido
El comportamiento del oro a largo plazo levanta dudas porque ha tenido épocas de estancamiento y hoy vale menos en términos reales de lo que valía en 1980. "Ahora está en los 793 dólares [la onza], lo que en términos reales significa que ha perdido el 67% de su valor desde 1980", dice Muller. ¿Volverá a subir? Los vendedores de oro dicen que sí. Por su escasez y por la crisis. Sólo hay 40.000 toneladas en el subsuelo, y si no se descubren nuevos yacimientos, queda mineral para 15 años. "Por esto y porque la crisis y el enorme gasto que van a hacer los Estados para afrontarla van a aumentar la masa monetaria y hacer subir la inflación", explica Muller, "el oro tendrá que subir. Creo que superará con creces los 2.000 dólares". Opinión muy distinta de la de los analistas de Bloomberg y Reuters, que creen que "con el dólar subiendo y los precios de las materias primas bajando, hay menos preocupación con la inflación y menos interés por mantener posiciones en oro". -
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