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Crónica:PUNTO DE OBSERVACIÓN | OPINIÓN
Crónica
Texto informativo con interpretación

Tierras de promisión

Soledad Gallego-Díaz

Más de 25 millones de latinoamericanos viven fuera de sus países de origen. Son emigrantes que se han ido trasladando a otros lugares del mundo, en búsqueda de una vida mejor. Una buena parte huyó hacia el Norte, hacia Estados Unidos, el país que recibe uno de cada cinco emigrantes internacionales, es decir, de todo el mundo. Otra parte fue hacia Europa, especialmente a España e Italia. Pero un número no desdeñable ha emigrado dentro de Latinoamérica. El fenómeno de la emigración limítrofe es menos conocido, pero tiene una creciente importancia económica.

Ya no se trata sólo de emigrantes "golondrina", como se llama en América Latina, y en medio mundo, a los emigrantes temporales que cruzan fronteras para recolectas y cosechas y que después se vuelven a sus países. Desde hace algo más de una década, al mismo tiempo que millones de latinoamericanos cruzaban la frontera con Estados Unidos o el océano Atlántico, en una potente corriente migratoria hacia el primer mundo, otros millones han cruzado pasos internos para ocupar en parte los pobres puestos de trabajo que aquellos abandonaban. Y cuantas más dificultades van apareciendo para llegar a Estados Unidos o a Europa (en 2005, la patrulla fronteriza de EE UU devolvió a México más de medio millón de personas), mayor es el número de inmigrantes que se mueven dentro de América Latina. Millones de mexicanos han conseguido, pese a todo, trasladarse a Estados Unidos, pero decenas de miles de guatemaltecos y hondureños han ido a México. El 5,6% de los ciudadanos extranjeros que vive en México es de Guatemala. Según datos del Instituto Nacional de Migración de aquel país, las autoridades mexicanas repatriaron en 2005 a más de 235.000 personas; el 45% era guatemalteco, y el 34%, hondureño.

El cierre de puertas en EE UU y Europa incrementa las migraciones internas en Latinoamérica
Muchos periódicos argentinos hablan de casi un millón de bolivianos en su país: en el textil y el campo

Venezuela se ha convertido en el tercer receptor de colombianos, después de España y de Estados Unidos. Datos oficiales del Gobierno de Bogotá indican que el 84% de los colombianos que vive en el resto de América Latina está en Venezuela y que aproximadamente 750.000 colombianos tienen la doble nacionalidad venezolana. En Paraguay, por su parte, no se mira tanto a España como a Argentina. La tierra de promisión para buena parte de sus emigrantes no es Europa ni Estados Unidos, sino el gran Buenos Aires.

El alcance exacto de esos movimientos "internos" no es fácil de calcular, debido a la ausencia de estadísticas fiables. Pero todos los organismos internacionales coinciden en que Argentina, Venezuela y Costa Rica son los grandes destinos de estos flujos migratorios intrarregionales. Según el último censo, cerca de 250.000 nicaragüenses viven en Costa Rica, lo que supone pasar de representar el 4% de la población en 1984 al 8% en 2000. Empleadas domésticas y peones agrícolas son los empleos más frecuentes; por supuesto, en condiciones de precariedad y de salario inferiores a las de los propios costarricenses. Aun así, cada inmigrante consigue enviar una media de 100 dólares a Nicaragua, una fuente de riqueza imprescindible para el maltratado país centroamericano.

En Argentina viven, según datos oficiales, 350.000 paraguayos, 250.000 bolivianos, 200.000 chilenos y más de 100.000 peruanos. Se trata, sin embargo, de cifras muy aproximadas, porque no tiene en cuenta a la población inmigrante irregular, lo que en España se conoce como "sin papeles".

Muchos periódicos argentinos hablan de casi un millón de bolivianos radicados en el país, especialmente en la industria textil y en el campo; es decir, más de medio millón de trabajadores "ilegales". El consulado de Paraguay en Buenos Aires admite que hay muchos paraguayos en situación irregular; y que probablemente la cantidad real se eleve a unos quinientos mil, prácticamente todos en Buenos Aires y el llamado conurbano.

El anterior presidente, Néstor Kirchner, lanzó en su momento un plan denominado Programa Nacional de Normalización Documentaria Migratoria, conocido popularmente como "Patria Grande", que pretendía una regularización masiva de los inmigrantes, sobre todo de los procedentes de Mercosur (fundado por Argentina junto con Brasil, Paraguay y Uruguay). La mejora no afecta prácticamente en nada a los cada vez más numerosos bolivianos o peruanos, mano de obra barata y explotada, sobre todo, como criadas y como trabajadores de la industria textil. Sólo en 2006, la policía federal localizó y cerró en Buenos Aires 90 talleres de confección clandestinos, en los que varios centenares de trabajadores "irregulares" bolivianos vivían en condiciones inhumanas. -

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