"No sé si soy Caperucita o el Lobo Feroz"
Dos décadas después de aquel himno de pop cándido que fue Hago ¡chas! y aparezco a tu lado, Christina Rosenvinge luce espléndida a sus 44 años y ha ganado en ferocidad, pero conserva esa voz ronroneante que la hace inconfundible. Madrileña de sangre danesa y británica, esta noche presenta en Galileo Galilei su sexto álbum en solitario, Tu labio superior, regreso al castellano tras una trilogía neoyorquina y anglófona (Frozen pool, Foreign land y Continental 62). Ahora se decanta por un repertorio más directo y travieso, generoso en alusiones autobiográficas a sus recientes turbulencias sentimentales: tras separarse del novelista Ray Loriga, es el cantante asturiano Nacho Vegas quien asume algo más que las segundas voces de este nuevo disco.
Pregunta. Tras su estancia en Nueva York, ¿se siente en Madrid como en un pueblo?
Respuesta. No, porque tampoco mis vivencias neoyorquinas fueron muy grandilocuentes: tocaba en clubes pequeños, grababa para sellos independientes... La vida en Madrid es más cómoda. Es extraño: no me siento española, pero sí madrileña.
P. Carla Bruni, Chiara Mastroianni, usted... ¿Por qué tienen tanto predicamento las cantantes susurrantes?
R. Conste que podría utilizar una voz mucho más poderosa, pero lo mío es cuestión de estilo. Prefiero la gente que dice las cosas con delicadeza a la que vocifera.
P. Con eso de que Nacho Vegas colabore en el álbum, ¿pretendía reeditar el tándem Serge Gainsbourg / Jane Birkin en versión ibérica?
R. Pero está por ver quién es quién. No sé si yo soy Caperucita o el Lobo Feroz.
P. Sobre todo, tras cantar: "Acabarás por morder la manzana / Si no, de qué tengo yo esta mala fama".
R. Era una forma de reírme de esa tradición de la femme fatale.
P. ¿Siente pudor al cantar letras tan personales en el disco?
R. Sí, mucho, pero éste es mi oficio: escribir canciones que contengan verdad. Quería regresar a canciones más directas, tres o cuatro acordes, un poco más adolescentes, si se quiere...
P. ¿Qué significa para usted la sensualidad?
R. Es un valor asociado a música que admiro: Leonard Cohen, Lou Reed, Nick Cave... Si con este disco logro resultar sensual, será un elogio.
P. El mismo título apunta en esa dirección. ¿Aspiraba con él a erigirse como musa lésbica?
R. La verdad es que no lo había pensado, pero me gusta. Lo de Tu labio superior me parece una mancha negra en un papel blanco, como una lámina del test de Rorschach. Me llena de orgullo que una parte de mi público sea lésbico.
P. ¿Qué tal lleva la conciliación de giras y ensayos con dos pequeños?
R. Como cualquier mujer trabajadora: sacándole 30 horas al día y haciendo cinco cosas a la vez. El disco es un ejemplo: cinco días de ensayos y siete de grabación.
Christina Rosenvinge. Sábado 22, a las 21.30, en Galileo Galilei (Galileo, 100; metro Islas Filipinas). Entradas, a 15 euros, en www.ticktackticket.com.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.