El desafío de Felipe Reyes
Los seis últimos MVP de la ACB han recalado en la NBA. Traducido, los cinco últimos mejores jugadores de la Liga española se fueron a jugar a Estados Unidos: Herrmann (2003), Nocioni (2004), Scola (2005 y 2007), Navarro (2006), aunque éste ha regresado, y Marc Gasol (2008). Por ahora, el mejor de esta temporada es Felipe Reyes, aunque ayer Joan Plaza, sorprendentemente, no le incluyera en el equipo titular del Madrid. No importa. Felipe volvió a ser el mejor en la victoria de su equipo, que, poco a poco, parece ir recuperándose, sobre el Iurbentia Bilbao (84-74). Anotó 14 puntos y capturó cuatro rebotes, menos de lo habitual, pero suficiente para permitirle superar la barrera de los 2.500 en su undécima temporada en la máxima categoría.
Por ahora, la NBA no le ha tirado decididamente los tejos al único pívot del equipo olímpico español que no ha jugado allí. Los ojeadores de las franquicias norteamericanas valoran su determinación para capturar el rebote, su mejora en el lanzamiento a media distancia y su capacidad para sacar de la zona a pívots más grandes que él. Sin embargo, le ponen reparos; el primero, su estatura. Los libros oficiales ponen 2,05 metros, aunque muchos recelan más de lo normal sobre la exageración del dato. No es la única pega que observan para su eventual fichaje. Es predecible, dicen, en el poste bajo, demasiado propenso a buscar el lado derecho para finalizar las jugadas con su mano diestra y, a veces, actúa con una agresividad descontrolada. No hablan sobre sus discretos porcentajes en los tiros libres. Ante el Iurbentia metió los cuatro que lanzó, pero, aun así, no supera el 67% de acierto, el segundo peor porcentaje de los 15 jugadores que más tiros libres lanzan en la ACB, aunque en la NBA hay varios pívots de postín instalados en un 61%, caso de O'Neal, Oden, Biedrins o Rasheed Wallace.
El desafío de Reyes es, además obviamente de seguir progresando en lo individual, abanderar al Madrid hacia un título. Como mínimo. En las primeras jornadas se salió. Pero los resultados del equipo no siempre fueron satisfactorios. Felipe llegó a acercarse por momentos a los promedios de Arvydas Sabonis, que, en 1995 obtuvo una valoración media de 34,2 puntos, clasificación por la que la ACB mide la valía de cada jugador teniendo en cuenta todos los datos estadísticos. Desde hace 13 años, ningún jugador concluye el campeonato con más de 30 puntos de valoración. Felipe, después de tres jornadas consecutivas con más de 22 puntos y 13 rebotes por partido, obtuvo una valoración media de 30,8. Luego, su producción descendió. Todo eso es relativo. Su peor valoración fue ante el DKV Joventut, 11 puntos, pero su equipo venció y dio un punto de inflexión en su errática trayectoria. Y su aportación no fue menor. Eso es lo primordial.
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