El Villarreal se duerme al final

El Villarreal no mató el partido cuando pudo y lo pagó. Cuando se acercaba el final, Hélder cabeceó un saque de esquina que le daba un punto al Málaga. Fue instantes después de enviar al hospital a Eguren, que recibió un codazo del central portugués. El centrocampista uruguayo sufrió un traumatismo craneoencefálico, pero pudo regresar anoche con sus compañeros a Vila-real.

El equipo de Pellegrini manejó con cierta solvencia el empuje y la agitación del Málaga. El cuadro amarillo recuperó su mejor cara en la Liga. Juega de memoria, con un despliegue automatizado, con ese punto de suave solvencia ofensiva. Y, cuando el balón le llega, Rossi enfila la portería. Su pie izquierdo obedece con precisión a su mente. El internacional italiano necesita poco espacio y tiempo para armar su potente pierna, como comprobó Arnau. Quinto gol de Rossi.

El Villarreal se adelantó en el marcador fruto de la buena administración que hacía del esférico. Pocos equipos se muestran tan solventes como el de Pellegrini si cuenta con el balón. La imaginación se le dispara. Por el contrario, si la tendencia se invierte, sufre como nadie. En los últimos partidos tiende a abstraerse y ausentarse del juego. Con el tanto en contra, el Málaga pasó de espectador a actor. Inicialmente hipnotizado, el conjunto de Antonio Tapia se despertó de golpe. El Málaga entendió que el asunto requería convulsión más que buenas maneras. El Villarreal se empezó a descoser y Duda goleó por la escuadra.

Claro que los momentos de calidad del Villarreal tienen más valor que el de la mayoría de los rivales. Regresó del descanso como si nada. Y de nuevo se apoderó de la pelota. Llorente aprovechó una buena recuperación de Pirès y un gran pase de Cazorla. El Málaga quedó aturdido y con razonables dudas. Pero el Villarreal le perdonó la vida y se quedó sin una victoria que acariciaba.