El Barça marca diferencias

El Barça compareció en Huelva siendo líder; consciente de que, pasara lo que pasara ante el Recreativo, terminaría la jornada como primero de la tabla por el desfallecimiento del Madrid, el Valencia y el Villarreal. Una situación privilegiada para medir su voracidad. Tenía la oportunidad de especular o dar un golpe sobre la mesa y, a la hora de decidir, no tuvo dudas. Los azulgrana se trabajaron a conciencia un triunfo capital para reforzar su condición de mejor equipo del campeonato por el momento. Anoche pegó el estirón.

No fue el partido más espectacular del Barcelona en lo que va de curso, pero supo ser paciente y roer a su rival, lo que no fue tarea fácil. Ganó el Barça y dejó la casa del decano del futbol español abriendo diferencias, dejando claro que quien manda sabe hacerlo de muchas maneras. La victoria tuvo mérito porque el Recreativo tapó todos los caminos que llevaban a su marco y recibió al contrario cerca de su área con una línea presionante de cuatro volantes y una defensa de cinco sobre la frontal. Pensó Alcaraz que, si el marcador no se movía, el paso del tiempo jugaría a su favor y se pondría nervioso el Barça, aunque sólo fuera por lo acostumbrado que está a resolver el partido de buenas a primeras. Pero el Barça, lejos de preocuparse, desgastó al adversario minuto a minuto y, aunque tardó lo suyo, la noticia fue que el gol decisivo no llegó hasta el segundo tiempo.

Al final, aunque fuera víctima de un despiste, el Recreativo terminó por vencerse y concedió un segundo tanto después de un cuarto de hora en el que acarició el empate. Madurito, el Barcelona se zampó a otro rival. Y van nueve victorias consecutivas, tres puntos sobre el segundo y cinco respecto al Madrid.

Desde la humildad, el Barcelona mira a sus rivales por encima del hombro. Así que impone la ley del más fuerte con estilo o con paciencia, por la tremenda o poco a poco, y el día que no golpea asfixia con manos de seda. Como ayer, que no dio bocados, pero le bastó con un mordisco tras otro. Tenso de principio a fin, como le gusta a Guardiola y como le exigía el rival, el Barça demostró que le importa poco jugar contra equipos que se cierran, contra los valientes y en un campo seco o sobre una piscina como hace quince días en Málaga. Juega a ganar y gana, por mucho que le cueste. Y ayer le costó hacer los deberes, pero fue listo y se esmeró hasta encontrar la fórmula.

El Barcelona jugó con el campo inclinado sobre la portería rival y, cuando no tuvo la pelota, casi siempre la recuperó con facilidad, especialmente antes de que Messi marcara las diferencias. Llegado el momento, el Recreativo salió de su cueva. El Barça también le supo dar respuesta porque resulta que el equipo de Guardiola domina el juego con solvencia en las áreas y hace tanto daño cuando pisa la ajena como complicado resulta hacérselo en la suya. Pero se tapó bien con Márquez y Piqué, la pareja de centrales que más le gusta al técnico, y Puyol, inmenso en la anticipación, por la banda izquierda. La zaga azulgrana marcó la línea en el medio campo y a partir de ahí mandó siempre el Barça, que no cerró antes el partido por la falta de contundencia en el remate. Especialmente de-safortunado en el disparo estuvo Henry, mucho mas útil abriendo el campo que ante el gol porque, cuando no se topó con el portero, se estrelló en el palo.

Tuvo que ser Keita quien dejara resuelto el partido, casi en el primer balón que tocó, tras una generosa asistencia de Eto'o, ayer más comprometido con el juego que con el gol. El equipo de Guardiola es el mejor de la historia azulgrana tras las primeras 11 jornadas de la Liga. Aunque deba roer al rival como ayer.