Ricardo Valle, renovador de la enseñanza de las telecomunicaciones

Ricardo Valle, una de las personalidades más importantes del contexto educativo de las telecomunicaciones en la historia de este sector en España, nos acaba de dejar. Fue, junto con Rogelio Segovia, el gran renovador de los programas académicos y de los planes de estudios de una carrera que, él intuyó, iba a ser de enorme importancia para el futuro de nuestra industria y de nuestra sociedad.

Profesor de Electromagnetismo y secretario de la Escuela Superior de Ingenieros de Telecomunicación de Madrid, desarrolló ambas tareas con grandísima pedagogía, contagioso entusiasmo y enorme sentido de la modernidad. Marcó, con su estilo, a toda una generación de profesionales, que hoy son los maestros de referencia del sector en España. Completó su formación en el extranjero y envió a muchos de sus primeros alumnos, hablamos de finales de los sesenta y principios de los setenta, a centros de diferentes partes del mundo para contagiarles de modernidad e intentar asegurar la irreversibilidad del cambio en la nueva España que se vislumbraba.

Tras dejar encauzada su tarea en Madrid, se trasladó a Barcelona para fundar y dirigir una nueva Escuela. Sabía que el crecimiento esperado de este sector no podría satisfacerse con los egresados de una sola escuela y dio el primer gran paso de un, entonces rupturista, proceso descentralizador que pronto se mostró imparable.

Posteriormente fue director del Instituto Tecnológico para Postgraduados (ITP), otro gran proyecto innovador que perseguía trasladar a España el esquema de colaboración académico-empresarial del sistema norteamericano de postgrado, que finalmente no pudo arraigar en una España que, entre finales de los setenta y principios de los ochenta, concentraba todos sus recursos en el cambio político que estaba surgiendo del proceso de transición a la democracia.

La última parte de su vida profesional la dedicó a abrir camino en el prometedor campo de la enseñanza a distancia, haciendo uso de las enormes posibilidades que empezaban a ofrecer las tecnologías de la información que él había contribuido a potenciar.

Para los que le conocimos como maestro y tuvimos la suerte de convertirnos en sus amigos, nos deja el recuerdo imborrable de su infinita generosidad, su agudeza e inquietud intelectuales, su finísimo sentido del humor, su gusto por la conversación y su incansable empeño por contribuir a la puesta al día tecnológica, investigadora y cultural de nuestro país. Si hubiera nacido medio siglo antes habría sido uno de los grandes impulsores de la Institución Libre de Enseñanza.

El mundo de las telecomunicaciones y todos tus amigos te vamos a echar mucho de menos, Ricardo. Y entre ellos Clemen y, por supuesto, mis hijos, quienes a pesar de la diferencia de edad, también te consideraban como su amigo.

Francisco Ros es secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información.