Desigualdades salariales
Desde hace años, la receta física e ideológica ofrecida en buena parte del mundo por los poderes político-económicos para mitigar el hambre y crear riqueza que mejoren las condiciones de vida de los pueblos, ha consistido en vender un producto basado en el debilitamiento del Estado (desvirtuando la política y sus capacidades) y el fortalecimiento de mundo privado.
Hemos asimilado con naturalidad la existencia de retribuciones por cuestiones laborales, artísticas, deportivas, etcétera, que superan en miles de veces a las recibidas por la inmensa mayoría de los trabajadores. ¿Por qué se valora con esa desproporción el tiempo de trabajo de unos y otros? La productividad y contribución al bienestar de la Comunidad, ¿también es superior en la misma proporción?, ¿es más determinante para el bienestar social el trabajo de un futbolista o de un ejecutivo que, por ejemplo, el del equipo de cirujanos que trabajan realizando trasplantes en hospitales de la sanidad pública.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.