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Conflicto en el instituto de Abastos por las videocámaras

El uso de las videocámaras de vigilancia hace tiempo que ha trascendido los espacios públicos (como aeropuertos e instituciones gubernamentales o bancarias) para introducirse gradualmente en los centros escolares, bajo la amenaza del "vandalismo" creciente en las aulas. Éste es el caso del instituto público Abastos, de Valencia, que desde "hace tiempo" tiene instalado un sistema de videovigilancia a través de "cámaras en los pasillos" y entradas principales, según confirma su dirección.

Lo que no es usual es que "las cámaras estén en el baño de las chicas", según denunció ayer el Sindicato de Estudiantes, tras conocerse el miércoles que la videovigilancia se ha extendido "hace poco a uno de los baños de chicas de la planta baja". "Además de sexista, creemos que el hecho de que sólo haya cámaras en el baño de chicas da qué pensar", remató ayer un portavoz del sindicato.

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Un representante del equipo directivo reconoció anoche estas circunstancias en conversación telefónica con EL PAÍS, pero precisó que "la situación no es exactamente así". En definitiva, que las cámaras no apuntan a los váteres, pero sí que están en los lavabos, como describen los alumnos del instituto. La dirección tuvo que enfrentarse el miércoles por la tarde a una reunión con los padres de alumnos donde muchos de ellos manifestaron su "malestar" por estos hechos y asumió que "no hay ningún problema" en retirar la cámara.

El IES Abastos es un centro de nueva creación, que surgió de la fusión de dos institutos más pequeños, por lo que su capacidad para 1.200 alumnos, la enormidad del edificio y la "dispersión" de áreas hace necesario extremar la seguridad interna.

Pero el Sindicato de Estudiantes entiende que "con cinco conserjes" en las principales puertas de entrada y "un sistema sofisticado de apertura de puertas electrónico es más que suficiente". Y denuncia que "ya está instalada toda la infraestructura para poner un sistema de detección de huella dactilar que identifique las entradas y salidas de cada alumno", debido a algunas denuncias de robo de ordenadores y otros materiales. La dirección del instituto confirmó anoche que "el procedimiento para instalar el sistema de acceso con control de huella dactilar ya está en marcha".

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En teoría, la Ley Orgánica de Educación (LOE) autoriza a los directores este tipo de intervenciones en las infraestructuras de los centros.

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