Despropósito
El fondo de ayudas a los bancos aprobado por el Gobierno tiene visos de convertirse en un gran despropósito. Un plan en principio pensado para mejorar las condiciones económicas de las pymes y las familias podría acabar financiando a la economía especulativa. No podemos permitir que el dinero de todos los contribuyentes se destine a financiar aventuras empresariales ni adquisiciones de empresas para beneficio de unos pocos. Sería como dar dinero a los que han contribuido a generar el problema. Bajo ningún concepto se tendrían que solucionar dificultades particulares de sectores que en plena bonanza no reinvirtieron sus ganancias en el negocio, sino que las destinaron a enriquecer a algunos de sus accionistas, como es el caso de la construcción. Todo ello en perjuicio de las familias y las pymes, los verdaderos destinatarios de las ayudas del Gobierno, que tendrían ineludiblemente que revertir en la economía real y en el empleo.
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