El alcalde de Pazos de Borbén pone en marcha una depuradora sin permiso para vertidos

"Mejor sin permiso que sin depuradora". Con esta máxima justifica el alcalde de Pazos de Borbén, Andrés Iglesias (PP), la puesta en marcha este mes de una planta municipal que trata aguas fecales y las vierte al río Alvedosa sin contar con la obligada autorización de la Consellería de Medio Ambiente. Iglesias admite que el permiso aún no ha sido concedido pero sí fue solicitado por escrito hace casi un año. "Hicimos una gestión de palabra para agilizarlo. Normalmente tardan". Que la instalación no tiene los papeles en regla, prosigue el regidor, no es un asunto que ignore Augas de Galicia, el departamento de Medio Ambiente que otorga las autorizaciones, ya que sus técnicos y agentes del Seprona han visitado la depuradora cuando ya estaba en funcionamiento.

Iglesias sostiene que la puesta en marcha de la planta, subvencionada por la Diputación de Pontevedra, era una "urgencia" porque la instalación anterior estaba obsoleta, sufría múltiples averías y tenía problemas de funcionamiento. La tramitación del permiso de vertido la realizó, dice el alcalde de Pazos de Borbén, la empresa Soluciones Medioambientales y Aguas. "Nosotros estamos a disposición de nuestros clientes, que son el ayuntamiento y la diputación, y ellos nos dicen cuándo podemos instalarla y ponerla a funcionar", explican fuentes de la compañía. La solicitud del permiso de vertido a Augas de Galicia está firmada por el alcalde y tiene fecha del 19 de noviembre del año pasado.

La depuradora está ubicada en la aldea de Amoedo, en la cabecera del río Alvedosa, y se encarga de filtrar las aguas fecales que generan los más de 3.000 habitantes de Pazos de Borbén. La instalación, que tratará 32.850 metros cúbicos de agua al año, forma parte de un programa de la Diputación de Pontevedra que utiliza financiación europea para construir depuradoras en distintos municipios de la provincia. La asociación ecologista Adega ha denunciado ante Medio Ambiente la situación de esta depuradora, porque duda de que las obras de construcción contasen siquiera con licencia municipal y estudio de impacto ambiental.