Precipitaciones de 100 litros y corte de tres carreteras
El temporal de lluvias dejó ayer precipitaciones de cerca de 100 litros por metro cuadrado en el sur de la provincia de Valencia y norte de Alicante, lo que provocó cortes en tres carreteras comarcales: la CV-605 en Tavernes de la Valldigna, al acumularse medio metro de agua, la CV-795 en Alcoi y la CV-683 en Beniarjó.
En Castellón, un accidente provocó retenciones en Benicarló al quedar inutilizado un carril en sentido a Barcelona y también hubo que circular con precaución en la autopista AP-7 en Real de Gandia, ya que se cortó un carril en sentido Alicante por desprendimientos. La intensidad de las lluvias disminuyó en la noche del jueves al viernes, periodo en el que, según el Centro de Coordinación de Emergencias, no se registraron incidentes reseñables. Las precipitaciones se repartieron por las tres provincias y se extendieron hacia las comarcas del interior, con menos intensidad en Castellón y con registros más importantes en La Safor y La Marina Alta.
En esta última comarca, algunas poblaciones, como La Vall de Laguar o La Vall d'Ebo, registraron más de 300 litros por metro cuadrado. En Pego resultaron anegados los bajos de una zona de viviendas ubicadas junto a la carretera de Sagra después de que el alcantarillado se viera desbordado por las trombas. Los vecinos tuvieron que proteger las entradas de sus casas con sacos y maderos. Este barrio quedó convertido en una hondonada después de la construcción de un polémico PAI ubicado a más altura. Además, se repitieron los problemas para acceder a la urbanización de Mostalla, donde ya el jueves 30 familias quedaron incomunicadas por el desbordamiento de un barranco.
La circulación fue muy difícil en las carreteras y caminos rurales del entorno del parque natural del Marjal y en especial en el vial que une Pego con la playa de Dénia, que estaba anegado, si bien no fue cortado al tráfico. Problemas semejantes se repitieron en todo el interior de la comarca debido al elevado caudal que fluye por los barrancos y que incluso en l'Atzúvia provocó el derribo de un muro. La presa de Isbert seguía arrojando agua y en La Vall d'Ebo, donde el miércoles se volvió a desbordar el río Girona, continuaba trabajando maquinaria pesada.
En cambio, las obras en el cauce del Girona a la altura de El Verger y Els Poblets para prevenir inundaciones como las de octubre de 2007 seguían sin poder reanudarse ayer a mediodía a causa de la crecida del río. El malestar por los retrasos en este tipo de actuaciones también afecta a Calp, donde los vecinos siguen padeciendo las molestias por las obras, que se aprobaron con carácter de urgencia a los pocos días del desastre del pasado año y que aún prosiguen.
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