Mohamed VI no es equiparable al Barça

El fútbol español hace estragos en Marruecos. Yassin Belassal, de 18 años, es un hincha del Barcelona al que su pasión por ese club le acaba de costar 18 meses de cárcel. A principios de semana escribió en la pizarra de su clase la divisa de Marruecos, "Dios, Patria, Rey" (Alá, El Watan, Malik), pero sustituyó la última palabra por "Barça", el apelativo de su club favorito. Belassal arremetió además en alguna pintada contra las autoridades.

La fechoría no gustó a la dirección del instituto de Ait Ourir, un pueblo a 40 kilómetros de Marraquech, que dio parte a la Gendarmería. Sus agentes interrogaron a los alumnos a mamporrazos, según el diario Al Jarida al Oula. Belassal confesó ser el autor de la modificación.

Con el nombre del monarca no se bromea en Marruecos. La fiscalía de Marraquech le acusó de faltar al respeto a Mohamed VI. Tras un juicio sumarísimo, en el que ni siquiera le dio tiempo a recurrir a un abogado, Belassal fue condenado el miércoles a 18 meses de cárcel.

Ha empezado a cumplirlos en la prisión de Boulmharez, en Marraquech, donde está hacinado en una celda con unos ochenta presos comunes, según su familia. Ésta ha iniciado los trámites para que pueda seguir estudiando en la cárcel. En junio iba a acabar el bachillerato.

La sentencia ha indignado a los pocos diarios marroquíes que ayer la recogían y a la sociedad civil que expresa su protesta en los foros de Internet. Muchos piden que el Barça y su presidente, Joan Laporta, intercedan a favor de Belassal.

El catedrático de derecho Omar Mahmoud Bendjelloun recuerda, en una carta abierta dirigida al titular de Justicia, el socialista Abdelwahed Radi, que los jóvenes de los barrios acomodados de Casablanca se tatúan la palabra Barça en el brazo o se compran las camisetas del equipo azulgrana. Belassal, vecino de un pueblo al pie del Alto Atlas, sólo encontró este cauce para expresar su pasión, prosigue Bendjelloun. "¿Sirven políticamente estas persecuciones a la Justicia?", le pregunta al ministro.

La movilización de la sociedad civil marroquí obligará, probablemente, a las autoridades a dar marcha atrás como ya sucedió en otros casos. El bloguero Mohamed Erraji fue condenado el mes pasado a dos años por haber escrito que el rey fomentaba la "economía de renta" hasta que el tribunal de apelación de Agadir anuló la sentencia. A Fouad Mourtada, un informático de Casablanca, le cayeron en febrero tres años por haber creado en la red social Facebook un falso perfil de Moulay Rachid, hermano del rey Mohamed VI. El monarca le indultó al mes siguiente.