"Luis no abandona nunca"
El ayudante de Aragonés en el Fenerbahçe asegura que seguirán en Turquía pese a los malos resultados
"Luis no abandona nunca. Siempre ha salido de éstas. Aquí no tira la toalla ni Dios", exclama desde Estambul el segundo de Luis Aragonés en el Fenerbahçe, el español César Mendiondo. "Hemos empezado muy mal porque pensábamos que esto era una cosa y es otra. Pero vamos a ver si entramos en una dinámica positiva", añade el ayudante de Aragonés, tocado tras el varapalo del martes ante el Arsenal en el tercer partido de la Champions (2-5). Con un punto, el Fenerbahçe es el último en un grupo que encabeza el Arsenal seguido del Dínamo de Kiev y el Oporto. Peor es la errática marcha en la Liga turca, en la que se sitúa a mitad de tabla a pesar de ser uno de los clubes de mayor musculatura.
El trabajo táctico del técnico no prende en un equipo que encaja demasiados goles
Después de una obra gigantesca con España, a la que convirtió en campeona de Europa con un fútbol sublime, Luis Aragonés (Hortaleza, Madrid; 1938) se ha atrancado en Estambul. Su trabajo táctico no prende en un equipo que encaja demasiados goles. Se desangra a pesar de contar con zagueros experimentados como el uruguayo Lugano y los brasileños Edu y Roberto Carlos. El ex madridista está muy desenfocado. Y resulta insuficiente la notable aportación del delantero español Güiza, "el mejor", según Mendiondo. El otro español en el equipo, el mediocampista Josico, procedente del Villarreal, se lesionó en su estreno y no ha vuelto a jugar. Además de Mendiondo, Aragonés se ha rodeado de otros dos compatriotas en el cuerpo técnico: Carlos Cascallana como preparador físico y Ángel Férez como entrenador de porteros. Luis, sin embargo, no ha sido acompañado esta vez por su hombre de confianza, el preparador físico Jesús Paredes, que prefirió no seguirle en esta aventura.
Luis está dispuesto a cumplir el contrato de dos temporadas con el Fenerbahçe por el que cobrará siete millones de euros limpios. A pesar de que el club no fichó a los jugadores que le había prometido. Y a pesar de que se marchó de España en gran parte por despecho. Entendió que el fútbol español no había sido justo con él. Sintió que la federación lo apartaba de su gran amor, el equipo con el que le hubiese gustado alcanzar el Mundial de Suráfrica 2010. Tampoco llegaron a tiempo ofertas de los clubes de la Liga. La del Valencia, cuando Juan Villalonga se hizo cargo efímeramente de su gestión, llegó demasiado tarde. Ya había firmado por el Fenerbahçe, que se apresuró a anunciar el fichaje en medio de la Eurocopa.
Aragonés estuvo en guerra abierta con la federación durante meses. Especialmente con Fernando Hierro, su director deportivo. En el fondo subyace la decisión de Luis de prescindir de Raúl. De ahí también su pésima relación con gran parte de la prensa española, a la que considera "muy madridista", y a la que ha cerrado las puertas en Estambul. Y de ahí la frialdad con su sucesor en la selección, Vicente del Bosque, al que apenas saludó al coincidir hace un mes en Viena.
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