El chollo de Miami

Tras una semana de opacidad informativa, el Barcelona explicó ayer a través de su director general, Joan Oliver, algunos detalles de su acuerdo para optar a una franquicia con sede en Miami en la MSL (Major Soccer League), la Liga de fútbol de Estados Unidos, convenio cuestionado por ex directivos de la junta que preside Joan Laporta. Oliver justificó el silencio anterior porque "para cerrar las negociaciones se imponía la discreción".

El Barça, confirmó Oliver, irá de la mano del empresario boliviano Marcelo Claure, afincado en Miami y propietario de Brightstar, una compañía de telefonía que factura unos 4.500 millones de euros anualmente y que "es la mayor firma de Estados Unidos propiedad de un latino". Además, Claure fue presidente de la federación de su país y es propietario de un club, el Bolívar. En su caso, el futuro equipo comenzaría a jugar en 2010 y tendría garantizada su continuidad por cuatro temporadas.

Claure, prosiguió Oliver, pondrá los 30 millones que cuesta una franquicia en la MSL y el Barça, que no aportará ni un céntimo, ofrecerá su conocimiento y su gestión. Así, "el riesgo económico es nulo" para el club pese a ser copropietario. No ocurre lo mismo con la imagen: "Es demasiado importante para dejarla en manos de terceros, aunque sea a cambio de dinero".

"El impacto de la marca"

La sociedad que se ha constituido espera lograr beneficios a partir de la segunda temporada y, si se producen, el 30% irá al Barça, que tendrá el 50% del negocio, aunque su participación podría reducirse hasta un mínimo del 30% si entrasen más inversores. "Sí, puede sonar a chollo", respondió Oliver a preguntas de los periodistas; "pero el chollo es para la MSL porque el Barça es el club más prestigioso". Y añadió: "No lo entendemos como una operación comercial, sino de proyección del Barça, de impacto de la marca".

Oliver se mostró convencido de que los socios del Barça entenderán el proyecto, que tendría como sede un estadio en la Universidad Internacional de Florida con capacidad para 18.000 espectadores y cuya gestión deportiva correría a cargo del club con la intención de crear un equipo desde cero para que sea competitivo y tenga la filosofía azulgrana. "Si no somos globales, no estaremos en condiciones de ser uno de los primeros clubes del mundo y competir con petrodólares y magnates", concluyó.