Un frío saludo para el "político ejemplar"
La política, además del arte de lo posible, es el arte de lo conveniente. Y ayer en el acto de clausura del 12º congreso popular no era conveniente que el presidente de la Diputación y del PP provincial de Castellón, Carlos Fabra, se acercase demasiado a Mariano Rajoy y al resto de integrantes de la cúpula nacional del partido. Pero tampoco a Francisco Camps y a la nueva dirección autonómica.
De hecho, por momentos, Fabra pareció haberse hecho invisible para Rajoy y su entorno. Tanto que la señal de televisión suministrada por el PP sólo sacó al presidente de la Diputación de Castellón en planos generales. Rajoy pasó junto a Fabra sin verle. Y únicamente al final del acto, el presidente del PP de Castellón se abrió paso hasta su líder nacional, con el que cruzó un frío y breve saludo y se retiró.
Atrás quedaba el afecto profesado por Rajoy el pasado mes de julio, cuando en una cena del PP de Castellón calificó a Fabra, imputado por varios delitos contra la Administración pública y supuesto delito fiscal, de "ciudadano y político ejemplar".
Ayer ni se aceptaron preguntas, ni hubo referencia alguna a los estatutos aprobados el día anterior, que blindan a los cargos imputados ya que sólo preven una "suspensión automática de funciones y militancia cuando exista una condena firme en un procedimiento penal por la comisión de un delito doloso". "Los estatutos del partido son para todos los militantes", dijo el pasado sábado el vicesecretario de Organización, David Serra, "y la presunción de inocencia, para todos los ciudadanos, por lo que tienen que estar en consonancia con el estado de derecho en el que vivimos".
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