Duran pide una coalición CiU-PSC que se dedique a gobernar y no a quejarse
El líder democristiano defiende la colaboración con el Gobierno central
A Josep Antoni Duran Lleida nunca le ha gustado el pacto con la actual Esquerra (ERC). Y menos los guiños reiterados que les lanzan desde Convergència, sus socios de federación. Duran siempre ha preferido, incluso públicamente, a los socialistas como aliados. Les considera más fiables y menos volubles que a los republicanos. Y más estos días en que PSC y Unió están protagonizando un ritual de cortejo político en toda regla.
Ayer, en la clausura del 24º congreso de Unió Democràtica (UDC) -partido que lidera desde 1987-, Duran Lleida invitó al Partit dels Socialistes (PSC) a abandonar a sus socios de izquierda en el tripartito y apostar por un Gobierno con CiU. Era la fórmula que el líder democristiano deseaba tras las autonómicas de 2006 y la coalición por la que, dijo, luchará en el futuro por el "bien" de Cataluña. "El Gobierno que le convenía a Cataluña es un Gobierno de CiU y los socialistas. Era y sería el mejor Gobierno para profundizar en la relación con el Estado. Era y sería el mejor Gobierno para abordar las infraestructuras y las decisiones que Cataluña necesita afrontar en este siglo XXI", manifestó. Pero éste es un propósito que por ahora -y así lo admitió- supone una quimera.
La ambición del líder democristiano no está exenta de lecturas dobles. Primero, porque en 2006 Artur Mas ganó en votos y diputados al socialista José Montilla y, por tanto, habría exigido la presidencia. Pero el tripartito de izquierdas volvió a sumar y Montilla se hizo con la Generalitat. Y segundo, porque una coalición sociovergente en Cataluña abriría las puertas a otra en el Gobierno español, en la que sin duda Duran aspiraría a un destacado papel. El poder de Duran y Mas, al menos institucional y mediáticamente, quedarían un tanto igualados.
Pero Duran quiso ir mucho más allá con su invitación al PSC. Y es que, con la gran coalición, el Ejecutivo catalán podría dejar a un lado, aseguró, la queja, el resentimiento y la insatisfacción permanente, y concentrarse en gobernar, y sobre todo incidir en la política española manteniendo un diálogo fluido con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. "Hablando y dialogando nos hemos convertido en necesarios, dialogando y pactando con el Gobierno del Estado cuando ha sido necesario, influyendo y haciéndolo desde la centralidad", aseguró.
Y en ese punto reivindicó para la formación democristiana la mencionada centralidad, cuyo máximo exponente sería la coalición CiU-PSC frente a las "estridencias" del actual tripartito, un Ejecutivo de izquierdas que Duran ve condicionado por Esquerra Republicana y causante de la "perplejidad, el desencanto y la frustración" en los que, opinó, se encuentra inmersa la sociedad catalana.
Para que su discurso no pecara de excesivo pragmatismo, el presidente de Unió no olvidó el carácter nacionalista de su formación. En primera fila se sentaba una destacadia -encabezada por Artur Mas- que con toda seguridad analizó con lupa cada una de sus declaraciones. De esta forma, Duran Lleida recordó que Unió apuesta desde 1931 por una España confederal y por la "construcción nacional" de Cataluña. "Los mejores momentos de Cataluña del siglo XIX y XX han sido aquellos en los que la sociedad civil y las instituciones políticas han orientado su ambición, su orgullo y su rabia sana no a reivindicar una estructura de Estado, sino a crearla", afirmó. Este objetivo evitaría, agregó, que Cataluña continuara "replegándose" en sí misma.
En su intervención, Duran Lleida defendió la continuidad de la federación con Convergència, pero a partir del "respeto" de la personalidad de cada partido.
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Amplio apoyo al liderazgo de Duran
- Josep Antoni Duran Lleida no tuvo problemas para salir reelegido líder de Unió. La candidatura que encabezaba obtuvo el 91% de los votos de los compromisarios, frente al 5% de negativos: un resultado similar al del anterior congreso. Pocas novedades en la nueva dirección. Acaso la entrada del catedrático de Teoría Económica Eduard Berenguer, como independiente, y del dominicano Guillermo Ángeles. Duran delegará funciones en una troika integrada por Josep Maria Pelegrí, Antoni Castellà y Joana Ortega.
Revisar el pacto de federación de CiU
- El congreso de Unió rechazó, contrariamente a lo que reclama CDC, revisar el pacto de federación únicamente en el ámbito municipal, debido a las continuas discrepancias a la hora de confeccionar las listas. La ponencia política de UDC aboga por redefinir todo el pacto de coalición si así lo acuerdan ambos partidos. Unió también aboga por que CiU se replantee acudir a las elecciones europeas bajo el paraguas de Galeuscat -con PNV y BNG- dado que el "balance no es del todo positivo", pues Unió perdió su eurodiputado en los últimos comicios.
El sector crítico sopesa dejar UDC
- El peso del sector crítico en Unió siempre ha sido muy minoritario. Ayer los integrantes del colectivo El Matí anunciaron que se plantean abandonar el partido después de que sus propuestas obtuvieran un escaso apoyo entre los compromisarios. Los críticos pedían, por ejemplo, la limitación de mandatos de la ejecutiva, la integración en el proyecto de Casa Grande del Catalanismo de Artur Mas, el rechazo a entrar en el Ejecutivo central y una oposición frontal ante una eventual sentencia del Tribunal Constitucional contra el Estatuto.
Convergència mira hacia otro lado
- Felip Puig, número dos de Convergència, interpretó las palabras de Duran de forma distinta. A su juicio, el líder de UDC no abogó por un Gobierno de coalición con el PSC, sino por pactar los "grandes temas de país" como la educación, las infraestructuras, la economía o el modelo territorial. "Las coaliciones las marcará la ciudadanía en las próximas elecciones", dijo. El secretario de organización del PSC, José Zaragoza, lamentó que Duran reclame "moderación" y al tiempo rechace los presupuestos del Estado.
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