MotoGP también se aprieta el cinturón

La crisis económica viaja sobre cuatro y también sobre dos ruedas. Desde la organización del campeonato del mundo de MotoGP se lleva tiempo trabajando en una nueva fórmula para tratar de congelar, en la medida en que sea posible, el incremento de presupuesto que los equipos deben encarar para competir. El caso más flagrante es el que afecta a la categoría intermedia, la del dos y medio. Todo equipo que pretende hacerse con una moto competitiva tiene que llamar a la puerta de Aprilia, que posee la hegemonía desde 2006, el año después de que Dani Pedrosa ganara su tercer título subido a una Honda. El alquiler de una Aprilia como la que actualmente pilotan Alex Debón o Álvaro Bautista supera el millón de euros, una cifra que desde Dorna, el promotor del Mundial de MotoGP, se considera desmesurada.

Para frenar el incremento de costes, la Comisión de Grandes Premios ya ha aprobado una clase alternativa que desbancará la del dos y medio a partir de la temporada 2011. "Se trata de una categoría con motos mucho más económicas", asegura Carmelo Ezpeleta, consejero delegado de Dorna. Aunque la mayor parte del reglamento aún está en fase de elaboración, hay algunos puntos que ya han quedado definidos.

Menos de 200.000 euros

"El mayor desembolso de los equipos atañe al motor, y es por eso que, para abaratarlo, hemos pensado en un propulsor que se acerque mucho al que emplean las motos de serie", concede Ezpeleta. Y matiza: "Con esta especificación, cabrá la posibilidad de que cada uno pueda construirse su motor, pero también las fábricas podrán ofrecer sus propuestas". El deseo de los organizadores estima que el coste de estas nuevas motos no supere los 200.000 euros.

Los motores tendrán una cilindrada máxima de 600cc, serán de cuatro tiempos y de dos, tres o cuatro cilindros, a elección de cada equipo. En función de ello, la moto deberá alcanzar un peso mínimo, y aún está en el aire la posibilidad de que todas las máquinas puedan incorporar una centralita única. Con todo esto, los que no están muy contentos son los hermanos Flamini, promotores del Mundial de Superbikes, que argumentan tener la exclusiva del campeonato para motos de serie.