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Sexta jornada de Liga

Tamudo desquicia a la defensa blanca

Diego Torres

Hay centrales que utilizan a los atacantes para reforzar su posición. Pepe y Cannavaro pertenecen a esa especie. Juegan mejor cuando se oponen a un nueve puro. Lo demostraron atando a Pogrebnyak, el del Zenit. Ayer no tuvieron esa referencia. El Espanyol atacó con Tamudo, Luis García y Nené. Ninguno se estacionó en el área. Inspirados en Tamudo, el más inteligente, todos salieron y entraron. Bajaron al medio campo, tocaron y se desmarcaron. Con ellos, el Espanyol encontró una vía para dar salida a las jugadas y sentirse cómodo apoderándose del balón. El trajín desorientó a Diarra, que no supo si seguir a De la Peña o auxiliar a sus zagueros. Pepe y Cannavaro se vieron obligados a salir de su ámbito natural y los espacios que dejaron se convirtieron en una pradera demasiado grande para los pulmones de Heinze.

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El Espanyol hizo sufrir al Madrid quitándole la pelota y apretándolo contra su portería. Durante la primera parte, el público asistió en silencio a un espectáculo cada vez más inquietante. El Madrid pedía refuerzos en su retaguardia y no desequilibraba en su ataque. Paradójicamente, el que más desbordó fue Ramos. Metió los dos centros que remató Raúl para el empate. Raúl alivió las penurias, pero en el aire flotó una duda. Sobre todo, después de la lesión de Robben. ¿Quién pondrá la dosis de creatividad sin él? ¿Encontrará Schuster un sucedáneo de Robinho en esta plantilla?

El desequilibrio defensivo del Madrid agitó el partido como una coctelera. Como no creaba peligro si Ramos no se incorporaba al ataque, Nené se encontró con una autopista en la banda izquierda. Bajo la dirección de Moisés y De la Peña, los visitantes combinaron con una precisión tan grande que hicieron que Pepe pareciera lento. El segundo gol del Espanyol fue una exhibición. De la Peña tocó para Tamudo y el pequeño delantero, moviéndose hacia zonas despobladas, recibió y abrió el juego para Román, que centró y en el segundo palo entró Luis García para marcar. Heinze llegó tarde para resolver un problema que se concretó lejos de su sector. Cuando el balón tocó la red, la defensa del Madrid estaba desencajada. El mérito había sido del Espanyol, que había montado un 4x4 perfecto.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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