El ruido hecho música en las calles de Cádiz

Donde otros ven un cubo de basura, ellos ven un tambor. Donde hay una caja, ellos encuentran una pandereta. Donde aparece una tubería, ellos la convierten en baqueta para tocar la batería. Los componentes del espectáculo Stomp están acostumbrados a hacer magia sonora con los objetos más cotidianos, a hacer música con las cosas mientras bailan y realizan acrobacias. Hoy concluyen su estancia en Cádiz, donde han dejado lo mejor de su talento. Stomp suena latino. Nacieron en 1991 de la mano de Luke Cresswell y Steve McNicholas, dos músicos que tocaban por las calles inglesas. No podían moverse con una batería y demás instrumentos, así que su percusión la fabricaron con tapaderas, alcantarillas, placas metálicas o letreros. Eso les animó a perfeccionarse y a limar el sonido que conseguían arrancar de los objetos.

La idea derivó en una compañía que ahora, con 12 músicos y bailarines, recorre el mundo. Es un directo tremendo, donde hay espacio para la improvisación y las ocurrencias. Los instrumentos se rompen y hay que recomponerlos sobre la marcha. Hay humor y danza, que aderezan la música. Y muchas sorpresas. La orquesta de Stomp es ilimitada. Hay escobas, fregonas, arena, agua, fregaderos, lavabos, ollas, contenedores, latas de pintura, neumáticos, palos, bidones, botas de esquí. También se permite un concierto más íntimo con cajas de cerilla. El resultado final está muy lejos del ruido. Porque, aunque parezca que los objetos van a traer un desordenado y descuidado montaje sonoro, la partitura final es una pensada banda sonora sobre objetos de la vida cotidiana.

en el teatro falla de cádiz. a las 20.00. entre 4 y 40 euros.