La mirada más cruda del siglo pasado
A Coruña acoge una antológica del reportero gráfico Eugene Smith
En la fotografía aparece, ante un grupo de plañideras (mujeres pagadas para llorar en un velatorio), Francisco, 37 años, uno de los hijos que sobrevivieron a la Guerra Civil, mirando a su padre muerto. "Por favor no lo pongáis en el reportaje, podrían catalogarlo como antifranquista: dos hijos asesinados y otro muerto en combate, Francisco estuvo perseguido, en la cárcel, y se le sigue buscando", rogó en sus notas, escritas a escondidas de la Guardia Civil, el fotógrafo W. Eugene Smith al enviar a la revista estadounidense Life el extenso y sonado reportaje gráfico que, bajo el título de Spanish village (pueblo español), desvelaría a la sociedad occidental las miserias y represiones de la dictadura de Franco en 1950, casi 15 años después de la Guerra Civil.
Smith (Kansas 1918-Arizona, 1978) es uno de los primeros fotoreporteros del siglo pasado, considerado el padre de la fotografía documental. Ese conmovedor trabajo sobre la España franquista que provocaría la ira de sus gobernantes, realizado en su mayor parte en Deleitosa, una aldea de Cáceres, es uno de los 50 ensayos fotográficos publicados en Life entre 1946 y 1954. Y forma parte de la antológica sobre Eugene Smith que, con más de 200 imágenes, expondrá hasta febrero la Fundación Caixa Galicia en su sede de A Coruña, en el marco de PHotoGalicia.
Smith fue un autodictada que arrancó su carrera con apenas 19 años en la revista Newsweek y fue colaborador de Look, New York Times y la agencia Magnum Photos. Sus reportajes sobre un doctor del rural estadounidense o la aldea africana de Lambéréné donde retrató la labor del misionero belga y premio Nobel de la Paz Albert Sweitzer son otros de los puntos fuertes de esta exposición. Pero también muestra algunas de las 10.000 imágenes sobre Pittsburgh, la mayor frustración del fotógrafo ya que no nunca consiguió publicar el trabajo. Obsesionado con mostrar la verdad con su cámara, Smith retocaba sus imágenes en el cuarto oscuro para aislar una figura o forzar los negros y las sombras con el propósito de realzar la parte más cruda de su mensaje gráfico. De ahí el título de esta exposición, Más real que la realidad, explicó su comisaria, Enrica Viganó.
No menos sobrecogedora es la sala que reúne parte de la tragedia de Minamata, ese pueblo de pescadores japonés herido de muerte en 1971 por los vertidos contaminantes de una industria. Smith y su esposa no dudaron en quedarse a vivir durante tres años en esa aldea para denunciar, no sólo con la cámara, la impunidad de políticos e industriales en una época en la que no había conciencia ecológica. Las víctimas de Minamata cobraron este año, dos décadas después de la muerte del fotógrafo que contribuyó a desvelar su tragedia, indemnizaciones por los daños de aquella catástrofe. En A Coruña se exhibe la fotografía más famosa de esa serie a pesar de no haber sido nunca publicada por deseo de la familia: la que muestra a la niña Tomoko, mutilada por el vertido de mercurio, bañándose en brazos de su madre.
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