El Depor se lo cree

¿Alguien ha visto una remontada de un equipo sin su afición abarrotando las gradas? El Depor pretendía equiparar el partido de vuelta contra el Brann noruego para alcanzar la liguilla de la UEFA con la épica remontada en Liga de Campeones contra el Milan en el 2004. A pesar de la importancia del envite, sólo consiguió completar medio aforo de Riazor.

El Depor se sobrepuso a todas las adversidades que se le fueron presentando en su intentona de remontar el dos a cero que se trajo de Noruega y clasificarse para la liguilla de la Uefa. Con el estadio a medio llenar y con diez hombres desde el minuto 30 por la expulsión de Riki al recibir dos amarillas en dos minutos, el equipo de Lotina, desterrado a la grada por sanción, creyó en todo momento en sus posibilidades.

Riki, que reaparecía después de lesionarse contra el Madrid, aguijoneaba la banda derecha del Brann y sus centros se paseaban sin un compañero que la empujase. Lafita y un enorme Valerón encontraban la rendija para conectar con Omar Bravo, pero el mexicano estropeó un mano a mano con Udjus porque conculcó la máxima de cualquier delantero que se precie: pensó y luego disparó. Era cuestión de armarse de paciencia.

Era el minuto 18 y pintaba bien el asunto. Pero este Depor parece condenado a sufrir. En dos minutos Riki estaba en la calle por doble amonestación. Pero el Deportivo no se descompuso. El premio a la entrega llegó con un remate de cabeza, otra vez de Colotto, cuando faltaban diez minutos para el final. La prórroga continuó con el mismo guión. Y llegaron los penaltis. Dicen que es una lotería, pero hay que saber tirarlos o pararlos. Aranzubía, cuestionado en San Mamés, decidió que era la noche propicia para recuperar el crédito. Atajó tres penaltis e hizo justicia.

El Deportivo se impone al Brann, incluso con uno menos