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Entrevista:WILL VINTON | Animador

"El segundo Oscar siempre me ha esquivado"

Algo tiene que haber en el suelo de Portland (Oregón) que convierte al lugar en fértil cuna de heterodoxos talentos de la animación: de ahí son Matt Groening -el padre de Los Simpson-, Bill Plympton -cuyo último largo, el flamante Idiots and Angels, se ha proyectado en Animadrid- y Will Vinton, el alquimista de la arcilla mutante al que el mismo festival tributa en esta, su novena edición, un merecido homenaje al conjunto de su carrera. En sus años de aprendizaje, Vinton trabajó a las órdenes del padre de Matt Groening, que se llamaba Homer (como el patriarca Simpson) y regentaba una pequeña agencia publicitaria donde el humor se empleaba como principal argumento de venta: "Homer era un tipo muy especial: una mezcla del poeta E. E. Cummings y Benny Hill; o una especie de Benny Hill existencialista".

"La animación puede mentir tanto como los documentales"

Vinton se formó en el revolucionado (y revolucionario) campus de Berkeley en plena emergencia de la contracultura de los sesenta: "Para mí fue un auténtico shock cultural y no pude resistirme a rodar imágenes de las protestas estudiantiles o del asedio de la guardia nacional. Buena parte del material que rodé ha sido empleado en algunos documentales de referencia sobre la emergencia de la contracultura, como Berkeley in the sixties (1990) de Mark Kicthell. No tardé en desarrollar un saludable escepticismo acerca del género documental: creo que, en el fondo, siempre se trata de contar una mentira, de presentar tu punto de vista como un hecho. Me gustan, pero los contemplo como una ficción. Por eso, directamente, decidí centrarme en el cine de ficción y en el perfeccionamiento de la animación con modelos de arcilla o plastilina".

A los 26 años recibió un Oscar por su cortometraje Closed Mondays (1975) -centrado en la visita de un borracho en una exposición de arte- y después vinieron otras cinco nominaciones que no se materializaron: "El segundo Oscar siempre me ha esquivado y así nunca he podido tener mi perfecta pareja de sujetalibros". Pero Vinton tiene su lugar reservado en la historia de la animación por haber creado y patentado su propia técnica: la Claymation. "Si en la stop-motion el animador cuenta con un amplio repertorio de bocas, orejas y ojos para cambiar las expresiones de personajes, en la Claymation hay que esculpir cada mínimo movimiento sobre la figura. El resultado es más fluido, pero también más laborioso y caro", señala Vinton, director de la primera y última película realizada con esa técnica: The adventures of Mark Twain (1986).

Los personajes más famosos de Vinton surgieron de un encargo publicitario que cobró vida propia: las Pasas de California, formación de dinámicas uvas secas animadas al ritmo de la discográfica Motown. "Un día me llamó inesperadamente Michael Jackson para charlar", cuenta Vinton, "y al rato me di cuenta de que estaba deseando que diseñásemos una pasa inspirada en él y no sabía cómo pedírmelo. Lo hicimos: creó una coreografía y puso la voz gratis, por el placer de hacerlo". La interacción entre Claymation y animación digital centra ahora la labor de Vinton, que siente haber cerrado un círculo: "Dejé los documentales porque creía que sólo servían para mentir, pero ya la animación puede ser tan hiperrealista que también suplanta la realidad. El espectador tiene que estar en guardia".

Will Vinton, director y productor de películas de animación, homenajeado este año en Animadrid.
Will Vinton, director y productor de películas de animación, homenajeado este año en Animadrid.ULY MARTÍN
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