El Villarreal le come la moral al Sporting
Siguen las malas noticias para el Sporting. Esto empieza a parecerse sospechosamente a lo que le ocurrió a este equipo hace diez años, con el último descenso. Como entonces pierde cuando lo merece y cuando no, también. Como ayer, que completó su quinta jornada sin sumar tras un partido de tú a tú al Villarreal, que ganó por lo de siempre cuando se trata de un grande: la pegada.
El Sporting falló goles de todos los goles, incluso uno inverosímil de Bilic, que remató de cabeza al larguero casi debajo de la portería. El Villarreal también tuvo sus opciones, pero nada que ver con el festival de Barcelona y Madrid contra los asturianos. Para ganar le bastó un balón suelto en el área tras un córner, aprovechado a conciencia por Rossi.
SPORTING 0 - VILLARREAL 1
Sporting: Cuéllar; Sastre, Gerard, Neru, Canella; Matabuena, Diego Camacho; Luis Morán, Carmelo (Maldonado, m. 75), Diego Castro (Barral, m. 80); y Bilic. No utilizados: Sergio Sánchez; Jorge, Iván Hernández, Míchel y Kike Mateo.
Villarreal: Diego López; Javi Venta, Fuentes, Godín, Capdevila; Mati Fernández (Cazorla, m. 46), Edmilson (Eguren, m. 74), Senna, Ibagaza; Nihat (Rossi, m. 46) y Llorente. No utilizados: Viera; Ángel, Gonzalo y Pires.
Gol: 0-1. M. 65. Rossi, de fuerte disparo por el centro.
Árbitro: Paradas Romero. Expulsó a Preciado por protestar (m. 68). Amonestó a Cuéllar, Diego Castro, Diego Camacho, Cazorla, Senna y Bilic.
Unos 23.000 espectadores en El Molinón.
Cuando el balón acabó en la red, los jugadores del Sporting se lanzaron como una manada de fieras sobre Paradas Romero. Todos habían visto mano previa de Llorente, que ni el árbitro ni su ayudante señalar. Preciado entró en el campo y estuvo a punto de unirse al tumulto. Tres minutos después, aprovechando la cercanía del árbitro al banquillo, descargó toda su ira y, claro, tuvo que marcharse al vestuario.
Antes de que el partido se pusiera frenético, el Sporting quiso dejar muy claro que no está en Primera para engordar las estadísticas más negativas. Preciado hizo nueve cambios respecto al Bernabéu, incluyendo el portero. Cuéllar, sin la losa de los 19 goles sobre su cabeza, dio sensación de tranquilidad. Pero, eso sí, estuvo mucho mejor resguardado que Sergio Sánchez.
El Villarreal nunca se sintió cómodo en El Molinón, agobiado por once rojiblancos que no estaban dispuestos a sufrir una nueva escabechina. Preciado consiguió que sus hombres defendieran con orden y solidaridad, con las coberturas que tanto se echaron en falta antes. Y para lo demás, para ir un poco más allá, contó con hombres como Diego Camacho y Carmelo, que elevan el nivel de la plantilla. Carmelo hizo virguerías, pero cada vez que encaró a Diego López se le apagó la luz. Y el Sporting lo pagó con la quinta decepción.
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