"¿Y por qué no vamos a ganar la Liga?"
La gloria se huele, aún lejana, pero más probable, y muchos aficionados, enfilando el Paseo de los Melancólicos, se atrevían incluso a hablar del título liguero. "¿Y por qué no?", se preguntó al salir del vestuario un eufórico Seitaridis. "Sabemos que Barcelona y Madrid tienen calidad, pero nosotros también. Si seguimos así, aspiramos a todo".
El técnico rojiblanco, sin embargo, no está para euforias. Aguirre ha cumplido al dedillo los objetivos marcados cada año. Primero, llegar a Europa. Luego, entrar en Champions. Y para este tercero, "entrar de nuevo en Liga de Campeones y llegar lejos en la Copa", afirmó el mexicano. Pero nada de hablar de títulos: "¡Es que estamos en la jornada tres! En el vestuario nadie habla de eso". Quizás su plantilla no se atreve a confesárselo. Pero Sinama, en la misma onda que Seitaridis, también apuntaba ayer a las grandes metas. "Tenemos todo para estar con los grandes", declaró.
Precisamente el delantero francés fue ayer uno de los protagonistas. Sus dos tantos ante el Recreativo, su ex equipo, le sitúan con tres al frente de los goleadores rojiblancos. "Hay que aprovechar las oportunidades, pero ante todo estoy feliz por haber mantenido la puerta a cero y volver a lograr cuatro goles en nuestro estadio", comentó un Sinama que tiene la responsabilidad de sustituir al uruguayo Forlán, lesionado para las próximas tres semanas.
La vida en rosa, sin embargo, es menos gratificante para Aguirre, que ayer se visitó de apagafuegos. "No fue un partido tan cómodo como aparenta", alegaba el preparador mexicano. "Está claro que tenemos potencial ofensivo, pero nos faltó equilibrio. Hubo lagunas en el mediocampo, y debemos corregir la distancia entre líneas". A ver quién le explica esos defectos a la afición colchonera, que ayer se rompió las manos aplaudiendo a sus jugadores. Por supuesto, con Agüero, que volvió a marcar. Y principalmente a Maniche. Nunca una decisión tan involuntaria
[la ausencia de un comprador que pagara los 2,4 millones de su ficha] fue tan rentable para la directiva del Atlético. El luso, omnipresente, fue ovacionado al marcar el segundo tanto. El centrocampista lo dedicó a su afición. "Nuno está jugando a un nivel tan alto. Se siente cómodo en el vestuario y se sabe importante", afirmó un Aguirre que parece haber olvidado los roces del año pasado con el portugués.
El gol de Maniche acabó de desbaratar los planes de Zambrano. Confiado en aguantar el empate y sorprender a la contra, el técnico onubense se mostró tan abatido tras el partido que apenas se escuchaba su voz: "Buen Atlético, mal Recre".
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