Valhalla clama venganza
Estados Unidos ansía romper la racha de tres triunfos consecutivos de Europa en la Ryder Cup, que comienza hoy en Kentucky
Justin Leonard es, probablemente, el golfista más reclamado durante estos días en Louisville, donde se disputa desde hoy la Ryder Cup (Golf+, 14.00; C+, 0.25). El putt de 45 pies que embocó en el hoyo 17 en Brookline, en 1999, otorgó el último triunfo de su país ante Europa. Desde entonces, agua. Aquel instante en la memoria colectiva estadounidense -el presidente George W. Bush llegó a bajar al vestuario para leerles un pasaje de la batalla de El Álamo de 1836-, ha quedado algo envejecido, casi en blanco y negro, tras las últimas tres victorias de Europa. Además, la racha europea (ocho triunfos en once ediciones desde 1985) choca con la historia -EE UU domina 25 a 11- y con el honor estadounidense, la primer potencia golfista, que clama venganza en el Valhalla Golf Club. "Esta vez ganar por medio punto me vale", aseguró el martes Nick Faldo, el capitán del equipo europeo, que ganó en 2004 y 2006 por nueve puntos de diferencia.
Sergio García posee el mejor balance en el torneo: 15 puntos en cuatro ediciones
Los norteamericanos buscan enmendar su rumbo en el corazón del estado de Kentucky. Sin embargo, Paul Azinger, el capitán estadounidense, lo ve complicado porque los europeos viajan por primera vez como favoritos al otro lado del océano. "Será extraño no ser favoritos en casa, pero Europa realmente tiene un equipo muy fuerte", reconocía la semana pasada el capitán del doce estadounidense. "Y claro, faltará Tiger...", apuntaba Azinger sobre la ausencia de Woods, el número uno mundial, que se recupera de su operación de rodilla en junio. El papel victimista de un Azinger de rostro pétreo, labrado por su experiencia sobre los tapetes de las mesas de juego -llegó a competir en la Series Mundiales de póquer en 2006 y 2008-, no engaña sin embargo a todos. "Es un juego psicológico", alertaba el martes Severiano Ballesteros, el capitán de Europa en la Ryder Cup disputada en Valderrama en 1997; "sólo intenta que los europeos se confíen".
En plena campaña de reparto de pins y camisetas conmemorativas de la Ryder por los alrededores de Louisville, Azinger espera que la afición sea su carta oculta. Incluso consideró abrir los foursomes de hoy con una pareja local: Perry y Holmes. "Así animaremos el ambiente", afirmaba el capitán, de 48 años y ganador de la Ryder en 1991 y 1993. De momento logró su objetivo: 40.000 fans se acercaron a los entrenamientos al grito de "¡USA, USA!".
La ceremonia celebrada anoche en el Valhalla inauguró la 53ª edición de un duelo entre Europa y EE UU, nacido en 1925 y que no otorga más premio que la honra del triunfo. El doce europeo incluye a dos españoles: Miguel Ángel Jiménez -tercera presencia en el torneo- y Sergio García. El castellonense (El Niño para los norteamericanos), formará con el irlandés Padraig Harrington (ganador este año del British Open y del PGA) un auténtico dream ticket para Nick Faldo. "Sergio inculca pasión al equipo", admitió el inglés sobre el número cinco mundial, el golfista que mejor balance posee de los que están en Valhalla: 15 puntos en cuatro Ryders.
El capitán, que disputó once Ryders, deberá transmitir un espíritu grupal a una pléyade de figuras europeas. Sus parejas para los foursomes, guardadas con celo, se revelaron el martes al aparecer una fotografía robada con las iniciales escritas en un pequeño papel. "Es la lista de compra", afirmó Faldo, antes de reconocer que le habían "pillado". El inglés se apoyará en Chema Olazábal como asistente. El vasco es, precisamente, quien mejor recuerda lo sucedido en Brookline, aquel año 1999 y en aquel green del 17. Su putt fallido, tras el espectacular golpe de 45 pies de Leonard, el propició el último triunfo de Estados Unidos en la Ryder.
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