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Televisión

Otra de fenómenos paranormales

Digital + estrena 'Fringe', la nueva serie del creador de 'Perdidos'

Toni García

Fringe science es como denominan en el universo anglosajón a aquellos estudios limítrofes entre la ciencia y la paparrucha, que se ocupan, entre otras cosas, de la telepatía, la telequinesia o la resurrección. Fringe, tal cual, es el título escogido por J. J. Abrams (el creador de Alias, Perdidos, y director de Monstruoso y la nueva versión de Star Trek) en su última excursión a la televisión. Digital + ofrecerá a partir de hoy el primer capítulo en pago por visión (Taquilla), en diferentes pases y horarios. Cada episodio cuesta 1,99 euros. Abrams, junto a sus cómplices Alex Kurtzman y Roberto Orci, ha empaquetado una serie que maneja a partes iguales preceptos policiacos, comedia negra y la inevitable y gigantesca dosis de Expediente-X, sin Mulder y Scully.

A lo mejor por eso, en lo que a día de hoy sigue siendo un misterio que ni la propia serie podría resolver, el piloto de Fringe fue filtrado online hace unos meses, y 45.000 personas lo habían visto a las pocas horas. Muchos dijeron que todo era una táctica de marketing del propio Abrams, un auténtico zorro a la hora de crear campañas de desinformación. Sea como fuere, la táctica funcionó a medias, la serie gustó a algunos y sulfuró a otros y creó interés y desinterés a partes iguales.

Fringe arranca a bordo de un avión (como en Perdidos) donde el pasaje es reducido a..., bueno, es difícil concretar, pero digamos que aunque el aparato queda intacto, no se puede decir lo mismo de los de dentro. Hasta la escena del ¿crimen? envían a una agente federal rebelde-pero-de-buena-pasta con instrucciones concretas de un misterioso jefe. En el incidente parecen involucrados toda clase de fenómenos paranormales, ya que de eso es trata.

La agente (la actriz Anna Torv) pronto deduce que aquello no lo arregla ni todo el FBI, con lo cual hacen su presentación los compañeros de viaje: un científico loco (en la más pura tradición de los chalados con bata blanca) y su hijo superdotado, que odia a su padre. A partir de ahí, a justificar lo de fringe, con experimentos de todo tipo, teorías indigeribles de construcción exquisita y dos palabras: "el patrón", que parecen ser el hilo conductor al que habrá que prestar atención y que hacen referencia a incidentes previos ocultados por el Gobierno. O sea, conspiración.

Por cierto, el primer episodio ha sufrido modificaciones respecto al que fue filtrado (se han añadido escenas y diálogos), especialmente por lo que respecta a los efectos especiales en el acto final.

Los tres protagonistas de <i>Fringe,</i> con Anna Torv en primer plano.
Los tres protagonistas de Fringe, con Anna Torv en primer plano.

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