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Crónica:VUELTA 2008 | 12ª etapa
Crónica
Texto informativo con interpretación

Pifia de Valverde

El ciclista murciano pierde 3m 23s y arruina sus posibilidades al quedarse cortado por rodar en la cola del pelotón

"¡Cuidado, Alejandro; cuidado!", "¡atento, que vas muy atrás!", repetían a Alejandro Valverde su director, Eusebio Unzue, y el segundo, Alfonso Galilea. "¡Cuidado!", le insistían durante la carrera y en el alto del Caracol, de segunda categoría, con más peligro en el descenso que en la ascensión. Y él, erre que erre, en la cola del pelotón, hasta el punto de que en algún momento se pensó que podría sufrir algún problema. Ninguno. Mejor dicho, uno: exceso de confianza, de mala lectura de la carrera (impensable en un ciclista de su talla). Desatento, arruinó sus posibilidades. Le borraron de la Vuelta con 3m 23s de pérdida en Suances, donde se esperaba su victoria. Sacrificó a su equipo y, especialmente, a su compañero Dani Moreno, bien colocado hasta entonces, y convirtió una accidentada meteorológicamente hablando etapa de trámite en el vertedero de sus oportunidades.

"¡Cuidado, Alejandro; cuidado!, ¡atento, que vas muy atrás!", le advirtió en vano Unzue
Bettini se impuso a lo grande en Suances después de que Freire dimitiera del 'sprint'

Había dicho Valverde en Andorra, en La Rabassa, que el agua sobre la bicicleta le sienta mal. Allí le perdonó Alberto Contador con un ataque tardío que minimizó daños. A los ciclistas, a los equipos, a las estrategias se les puede hacer frente. Al agua, no. La climatología tiene vida propia y ayer llovió hasta hartarse. Sería por eso que Valverde metió la gamba. El predestinado al triunfo, el rehabilitado de Plá de Beret, el candidato, se equivocó bajando el Caracol al rodar en la cola, donde nada se ve y se corre el riesgo de quedarse cortado. Y se cortó. ¡Vaya que si se cortó!

Inesperadamente, cuando el pelotón iba midiendo la distancia respecto a los tres aventureros escapados en el kilómetro 8, llegó la noticia de la petardada de Valverde. Todo el Caisse d'Epargne (menos Joaquín Rodríguez, que permaneció con los mejores) se quedó con su líder mientras por delante el Astana y el Euskaltel estiraron el grupo. Comenzó así una contrarreloj por equipos sorprendente y desigual. Más aún, cuando a Valverde le dio un ataque de nervios y comenzó a tirar como un loco, con un ritmo que sus compañeros no podían seguir. Preso de su error, a sabiendas de que estaba perdiendo la Vuelta en el lugar donde debía ganar su segunda etapa, no sólo destrozaba su futuro en la carrera, sino también a su equipo. Era un error tras otro que el pelotón principal iba aprovechando segundo a segundo. Viendo a Valverde tirar de sí mismo, desesperado e inconsciente, se desvanecía la posibilidad de que su fallo fuera, en realidad, el fruto de algún problema físico previo. O del agua, que, al parecer, tan mal le sienta.

El Astana y el Euskaltel vieron, entre aquellos poblados nubarrones, el cielo abierto. En perfecta sintonía, con el apoyo del Quick Step, que pensaba en la victoria de Bettini, a Valverde le iban cayendo los minutos. El murciano comprendió que la posibilidad de alcanzarles era nula y se centró finalmente en limitar en lo posible el daño. El Caisse d'Epargne apenas encontró la ayuda del Silence Lotto y la individual de Chavanel, también cortado.

Nada que hacer contra la locomotora de Alan Pérez (otra vez soberbio, indestructible), de Noval, de Rubiera..., que, por fín, habían encontrado el momento de liquidar, sin haberlo buscado, a uno de los miembros del triunvirato español aspirante al triunfo.

Contador perdonó a Valverde en Andorra y Valverde a Sastre en Plá de Beret. Pero Valverde se quitó a sí mismo la vida en el Caracol, donde quizá quisiera homenajear a este gasterópodo circulando lentamente.

Mientras el equipo de Unzue se despellejaba por empequeñecer la herida, por delante comenzaba otra carrera. Un presunto duelo entre Bettini y Freire, los dos candidatos principales al título mundial de Varese, con un repecho de por medio que abría muchas incógnitas.

El Quick Step rompió el ritmo. Freire se colocó como sabe, es decir bien. Pero Contador se fue en busca del triunfo de etapa que festejara un inesperado día de gloria. El hachazo fue brutal. Pero el pagano auténtico fue Freire, que tuvo que dimitir del sprint.

Bettini sí aguantó y, en la parte final, se fue con la ligereza de haber disputado sólo unos kilometritos. Ganó a lo grande su segunda etapa, ambas con finales exigentes. Y todo, el mismo día que conocía el fichaje por el Quick Step de Schumacher (un ciclista nada barato) cuando el patrón del equipo le había dicho al campeón del mundo que no podía seguir ante la falta de un patrocinador. Bettini, el engañado, ganó a lo campeón. Valverde, el derrotado, perdió como un chiquillo.

Alejandro Valverde, en pleno esfuerzo para tratar de alcanzar al pelotón.
Alejandro Valverde, en pleno esfuerzo para tratar de alcanzar al pelotón.EFE
El italiano Paolo Bettini, del Quick Step, ganó ayer la duodécima etapa de la Vuelta a España, con un tiempo de 4 horas, 42 minutos y 44 segundos en la ruta montañosa desde Burgos a Suances. El español Alejandro Valverde entró más de tres minutos después. Pereiro, Bettini y Contador, comentan la jornada.Vídeo: VNEWS

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