"Estaba al límite mentalmente"

Sonrió tímidamente la bella Charlize Theron en su palco, gritó desatado el cómico William Ferrell en el suyo y Rafael Nadal perdió (2-6, 6-7, 6-4 y 4-6) ante Andy Murray en su semifinal del Abierto de Estados Unidos. El tenista británico se graduó en estrategia. Gritó truenos desde su dentadura enmarañada. Y el número uno del mundo se encontró con las piernas muertas, la intrépida voluntad doblada y un amago de silencio como respuesta a una pregunta que le llegaba contestada.

Nadal, Federer y Djokovic pretenden que la ATP reduzca el número de torneos

"Estoy un poco preocupado por hacia dónde se mueve el tenis", dice el español

-"Rafa, visto lo cansado que está, ¿cambiará su calendario en 2009?", le plantearon cuando Murray ya se había citado con el suizo Roger Federer en la final, que no había empezado al cierre de esta edición.

-"Si quieres estar en lo más alto...", contestó Nadal, "¿tienes alguna posibilidad de jugar menos? ¿Qué piensa usted?".

-"Que no", respondió la periodista.

-"Pues ésa es mi respuesta".

Desde el 1 de enero hasta el 1 de septiembre de 2008 hubo casi 500 retiradas en torneos profesionales. Los tenistas sufrieron mayoritariamente problemas en los aductores, las rodillas y los tobillos, además de insolaciones e intoxicaciones alimentarias. "Estoy un poco preocupado por hacia dónde se mueve el tenis", argumentó Nadal, "porque la tendencia es jugar más y más sobre pista dura. Eso es más difícil para el cuerpo. Voy a la sala de masajes. Y, cuando voy, nunca estoy solo. Eso no es precisamente una buena noticia para este deporte".

Nadal, Federer y el serbio Novak Djokovic, los tres mejores del planeta, decidieron en la habitación de hotel que ocupaba el español en Montecarlo que la voz de los tenistas debe ser escuchada. Fue una de las conversaciones que les llevó a presentarse a las elecciones al Consejo de Jugadores y su respuesta a un calendario que les ha transportado a Europa, América, Asia y Australia. El suyo es un caso de agotamiento por éxito, aunque las cadenas de tanto viaje atenacen por igual a todos.

La WTA, que dirige el tenis femenino, ya ha reaccionado: en 2009 reducirá el número de torneos obligatorios (de 13 a 10) e incrementará las semanas de vacaciones (de siete a nueve). El paso aún no se ha dado entre los hombres, que han identificado el problema. El cemento de Indian Wells y Miami tiene reservado por contrato e imperativo televisivo todo marzo, lo que obliga a concentrar los torneos de tierra en abril. "Increíble", según Nadal: 23 jugadores se retiraron de sus partidos en las tres semanas que siguieron al cambio de superficie.

"Es difícil estar fresco cada día. Corrí mucho más lento de lo normal y me fue más difícil concentrarme", dijo de su semifinal en Nueva York; "estuve realmente mal. Estaba al límite mentalmente. Eso repercute en el físico. Sabía que, jugando todo lo que he jugado, podía pasar, pero no se podía hacer otra cosa. Murray ganó merecidamente".

Nadal, que el 1 de enero estaba jugando en India, ya ha afrontado 85 partidos, el que más del circuito, y terminará de competir en noviembre. No se ha lesionado en 2008, pero su caso ilustra las exigencias del tenis del siglo XXI: tras ganar la épica final de Wimbledon, debió renunciar al torneo de Stuttgart por prescripción médica. Como Djokovic, que estos días se ha confesado "exhausto", sufría las consecuencias de un sistema que obliga a todos los tenistas a jugar los cuatro grandes y los nueve torneos masters con el añadido este año de los Juegos Olímpicos.

"No se puede parar", resume Toni, su tío y entrenador. Y el tren de Nadal no para. Viajó directamente de Pekín a Nueva York. Ayer volaba hacia Palma de Mallorca. El sábado se concentrará con España para el duelo de la Copa Davis contra Estados Unidos del 19 al 21 de este mes. Luego, hará una pausa. Le seguirán el torneo de Madrid (del 13 al 19 de octubre), el de París (del 27 de octubre al 2 de noviembre) y la Copa de Maestros, en Shanghai (del 9 al 16 de noviembre). Si España ganase a Estados Unidos, otro viaje: debería ir a Rusia o Argentina desde Shanghai para la final (del 21 al 23 de noviembre). Tendría cuatro días para adaptarse al cambio horario y de superficie.

"No creo que para estar al ciento por ciento en la Copa Davis alcance con descansar tres días", concluyó, "pero jugar en Madrid será uno de los momentos más bonitos del año. Cuando llegué a Nueva York, no estaba en la mejor situación. Llevaba demasiados partidos sobre los hombros. Luché y me voy con cosas positivas".

Final femenina: S. Williams (EE UU)-J. Jankovic (Serbia): 6-4 y 7-5.

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