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Crónica:Abierto de Estados Unidos
Crónica
Texto informativo con interpretación

Murray derriba a Nadal

El británico, un gran estratega, se impone en cuatro 'sets' a un 'número uno' agotado

Rafael Nadal le gritaba demonios a su puño; el mundo concentrado en el breve espacio que separaba sus ojos de sus nudillos, carne, nervio y hueso al servicio de la victoria. Se golpeaba el pecho el tenista español, rabioso, tenso y arremangado, todo su ser puesto en la posibilidad de la remontada. Andy Murray, el hombre al que la lluvia había separado del triunfo en la víspera, le miraba con el rostro desencajado. Nadal había recuperado uno de los dos sets de desventaja con los que se había reanudado el partido. Acababa de salvar siete bolas de break en la cuarta manga para inmediatamente romper en blanco el saque del británico. Y, así, con las emociones desbocadas, llegó un juego intrascendente, de pura burocracia: 3-2 para Nadal, que sacaba con 30 a nada. Lo perdió, lanzó (2-6, 6-7, 6-4 y 4-6) a Murray a la final de hoy contra el suizo Roger Federer y firmó el punto y seguido de su campaña. A Nadal ya no le quedan torneos grandes que ganar esta temporada. Pero el campeón en Roland Garros, Wimbledon y los Juegos Olímpicos tiene todavía dos misiones asomadas a su ventana: las semifinales de la Copa Davis contra Estados Unidos, del 19 al 21 de este mes en Madrid, y la Copa de los Maestros, en Shanghai.

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"Tuve mis posibilidades en la cuarta manga. No las aproveché y Murray, que jugó muy bien, me ganó", comentó Nadal tras su derrota. "Este año he jugado más de 84 partidos. Así, es difícil estar siempre fresco. En Nueva York no lo he estado. Pero, aun sin hallarme al ciento por ciento, lo di todo, por lo que me siento feliz. Ha sido una pena que me haya ocurrido esto ahora. Nunca es bueno que le suceda a uno, pero todavía menos cuando está disputando una semifinal de un torneo del Grand Slam", concluyó.

"Me siento aliviado", confesó, a su vez, Murray, que vio cómo el partido se le escapaba y acabó reflexionando sobre la victoria sentado en su pobre banquillo, la toalla tapándole la cabeza, y Mary Joe Fernández, ex tenista norteamericana de ascendencia española, esperándole con un micrófono para entrevistarle. "Fue duro dormir sabiendo que tenía que volver a la pista con una ventaja de dos sets", continuó. "La atmósfera de la pista ha sido increíble. Me ayudó el apoyo del público, aunque creo que querían que jugáramos una quinta manga", bromeó. "Éste es mi torneo favorito desde que era junior y lo gané. Federer es el mejor tenista de la historia. Es un honor tener la posibilidad de jugar la final contra él".

Murray busca ser el primer británico que gana una competición del Grand Slam desde los años treinta del siglo pasado. Para acabar con una sequía de más de 70, el escocés, jugador irascible y de chispazos, tendrá a su favor su prodigiosa lectura de los partidos. Pocos dominan la intrahistoria de cada punto como él. Es todo un estratega. En cada peloteo asegura una mezcla endemoniada de cambios de distancia y altura en el golpeo. Nadal lo sufrió de lo lindo. Murray le obligó a entrar y salir de la pista constantemente desestabilizando sus apoyos. Impidió que dominara desde el fondo combinando el cuchillo de sus golpes planos con la pesada maza de sus pelotas liftadas. Fue un prestidigitador disfrazado de tenista. Y casi todo lo que pasó se explicó desde su raqueta.

Nadal puso pasión, corazón y chispazos de inspiración. Murray, tenis de altos vuelos y fallos para la reflexión. Cuando gestione las ventajas al resto como juega las situaciones de empate, el británico será aún más temible. Por algo desde hoy ya es oficialmente el número cuatro del mundo.

La derrota de Nadal abre una reflexión que vale para todos los tenistas de la élite. El español abandonó su casa a mediados de julio, recién conquistado Wimbledon. Ahora que la temporada le ha coronado como su gran triunfador, el cuerpo y la mente le reclaman un descanso. No será así. Disfrutará de unos días alejado de las pistas, aunque difícilmente serán tantos como querría. El sábado debe presentarse en Madrid, donde el equipo español comenzará a preparar las semifinales de la Copa Davis que le enfrentan a Estados Unidos. Son las obligaciones del campeón. Y las responsabilidades del número uno.

Andy Murray, en una devolución forzada.
Andy Murray, en una devolución forzada.REUTERS
Rafael Nadal, tras un fallo.
Rafael Nadal, tras un fallo.REUTERS
Rafael Nadal no disputará la final del US Open tras caer en semifinales contra el escocés Andy Murray, en un partido que tuvo que suspenderse el sábado a causa de la lluvia.Pese a la derrota, el número uno del mundo se ha mostrado satisfecho de su actuación en el cuarto Grand Slam de la temporada."Cuando llegué, mi situación no era probablemente la mejor para jugar un buen torneo, con muchos partidos sobre mis hombros. He luchado y he hecho un buen campeonato, así que me marcho del US Open con cosas positivas, con un buen torneo", ha asegurado el tenista balear.Vídeo: AGENCIA ATLAS

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