"El vaso está al límite"
Nadal, que luchará hoy contra Fish para ser semifinalista, ya va justo de fuerzas tras un año intenso, reconoce su entrenador
Rafael Nadal arqueó la ceja derecha con gesto reflexivo, personal e intransferible. "Intensidad. Si quiero llegar a lo más alto del torneo, la intensidad tiene que subir", dijo. Antes, mientras el sol quemaba la pista, el tenista manacorense vio cómo tres tipos semidesnudos se desgañitaban durante tres horas de infierno, cerveza y música disco en apoyo de Sam, el gigante Querrey, finalmente vencido (6-2, 5-7, 7-6 y 6-3). Fue un partido problemático. Un ejercicio peligroso vivido entre los acordes de un sirtaki griego y el aviso de la caldera a punto de estallar: la pista central, la Arthur Ashe, bramará esta noche para que el estadounidense Mardy Fish evite que Nadal se convierta en el primer español que entra en el club de los 20, formado por los jugadores que llegaron a disputar las semifinales de las cuatro competiciones del Grand Slam. Una victoria cimentaría el número uno del mallorquín con la solidez de la piedra vieja. Pero su encuentro con Querrey, que fue llanto, maldiciones y rechinar de dientes, le dejó con la ceja levantada.
El estadounidense perdió ante el español las cuatro veces que se han enfrentado
"Fue un mal partido para nosotros", reconoce Toni Nadal, su tío y entrenador, mientras apoya las manos sobre una mesa de madera barnizada. "Rafael no está haciendo un gran tenis en este torneo, aunque tampoco lo esperábamos porque la temporada ya es larga, larguísima para él. Viene de un éxito grande para nosotros como es ganar los Juegos Olímpicos. Y, al final, el vaso se está llenando y está al límite", explica.
Nadal, la piel pegada al músculo con ardor de batalla, celebró su victoria sobre Querrey dándole un raquetazo a la red. Fue un gesto de rabia. "Empezó sin problemas, controlando el duelo y jugando normal", recuerda Toni, que ya ha visto jugar a su pupilo más de 80 encuentros en 2008; "después jugó bastante mal, con nervios... Sabemos que va justo. Así que aún con más razón hay que estar atento. Si vas sobrado de fuerza física, de cabeza y de todo, pues... bueno. Pero, en esta situación, tuvo poca atención en instantes clave. No lo pagamos del todo, pero...".
"No estoy en el momento de mayor frescura de mi vida", confesó Nadal en la sala de prensa con el pelo empapado, "pero", matizó, "me siento bien físicamente". Lo cierto es que el caminar del número uno por el torneo está jalonado de paradas extradeportivas. Entrega los premios que distinguen a los periodistas más veteranos. Pide que el nuevo presidente ejecutivo de la ATP escuche "a los que saben de tenis". Y reclama, como Roger Federer, que los jugadores obtengan más ganancias de los ingresos de los torneos grandes. "Cuando unos ganan tanto dinero y nosotros, que somos la parte central del espectáculo, nos llevamos un tanto por ciento tan pequeño, creo que es injusto", argumenta. "Nos tendríamos que poner duros y pedir más", advierte; "no es por ganar más dinero, sino por ética. Los pequeños torneos pagan un porcentaje muy alto [de sus ingresos] a los jugadores y los del Grand Slam pagan uno mucho más pequeño que el resto. ¿Por qué? Ésa es la pregunta".
A Nadal, que anda preocupado porque se le ha estropeado el ordenador portátil, le espera Fish en los cuartos de final. Un supersticioso. El chico se presentó ante la prensa con una bolsa de hielo sobre el hombro derecho y explicó que su buena racha se fundamenta en no afeitarse y en su boda con la modelo Stacey Gardner. ¿Qué se puede hacer contra un tenista iluminado? "No puedes esperar a un amigo de Mallorca en esta ronda", asume Toni; "Rafa ha jugado cuatro veces contra Fish y le ha ganado las cuatro. Si no está roto, no lo arregles".
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