"Schuster tiene toda la culpa"
Robinho acusa ahora al técnico del Madrid de no dejarle irse al Chelsea y le invita a asumir la responsabilidad de tener a un jugador infeliz
Sábado por la tarde, aeropuerto de A Coruña.
-"¿Míster, sabe que Robinho ha convocado una rueda de prensa mañana?".
- "Va a hacer frío hoy", contesta Bernd Schuster, el míster.
Pues mucho frío no debió de sufrir el técnico del Madrid en Riazor, pero sí escalofríos cuando escuchó -porque las escuchó prácticamente en directo- las palabras del jugador brasileño. En vez de acudir a Valdebebas a entrenarse, Robinho se presentó en un hotel cercano al Bernabéu sobre las 12.30 acompañado por su fiel escudero y representante, Wagner Ribeiro. Se sentó y, como invadido por una mosca cojonera, le dio al play. Se siente menospreciado por el club, no es ninguna novedad. Quiere irse al Chelsea, tampoco es ninguna novedad. Y ahora, sí que es novedad, acusa a Schuster de todos sus males. "La culpa de todo la tiene él. Pedja [Mijatovic] y Calderón me han dicho que puedo irme. El único que no me deja salir es Schuster: como no ha podido traer a nadie, se empeña en que quiere recuperarme", soltó el jugador.
En un ataque de nerviosismo -habló durante diez minutos casi sin respirar-, al brasileño se le olvidaron algunos detalles. Primero, que, cuando en junio la dirección deportiva quiso hacer caja con él para poder fichar a Cristiano Ronaldo, Schuster fue el único que se opuso. Segundo, en el partido de ida de la Supercopa, en Mestalla, el técnico le hizo jugar sin que estuviera en forma para evitar ulteriores presiones de su representante. Tercero, cuando vio que la situación se complicaba y los aficionados empezaban a increpar al jugador, le protegió mandándole primero al banquillo, luego a la grada y, finalmente, no convocándole. Schuster nunca quiso prescindir de él y ha decidido que, si tiene que hacer "el trabajo sucio" para recuperarle, lo hará. El alemán lo vive como una relación entre padre e hijo y cree que el hijo es demasiado joven para entender algunas cosas, pero que con el pasar del tiempo acabará dándole las gracias.
"Schuster no es mi padre; es mi entrenador, el comandante, y yo, un futbolista, y no me va a obligar a hacer nada que yo no quiera", espetó Robinho, quien recordó que su padre es la persona que a principios de mayo acudió a las oficinas del Bernabéu junto a Ribeiro para firmar su renovación. "Han ido más de mil veces, pero, como estaban todos tan interesados en fichar a Ronaldo, no se interesaron en mí. No tengo nada en contra de Ronaldo, pero yo también tengo mi valor y mi orgullo y, si no me renovaron en mayo, ahora no pueden complicar mi salida sólo porque no han fichado a nadie", se quejó el jugador, que cobra al año 2,1 millones de euros y al que el Chelsea le ofrece 6. El club de Abramovich hizo una oferta al Madrid de 32 millones, pero Calderón la rechazó. Sabe que, al no haber podido fichar a nadie, no puede permitir que se marche Robinho. "En mayo me dijeron que, de llegar una oferta buena, me dejarían ir", abundó Robinho; "y sigo aquí a pesar de la oferta. Yo quiero jugar en el Chelsea, ya se lo he dicho al presidente, a Pedja y a los directivos. No sé que se piensa Schuster... Me da igual. Dice que me quiere recuperar, pero yo me quiero ir". La palabra "recuperar" le pone de los nervios.
"Hasta ahora no he tenido problemas con nadie en el Madrid, pero si el entrenador cree que me va a recuperar teniendo la cabeza en otro sitio y sin estar contento, que asuma sus responsabilidades". Y, si no, ¿hasta dónde estaría dispuesto a llegar? "No me voy a negar a jugar", contestó; "pero no me importaría pasar un año en blanco. Soy joven [24 años] y tendría tiempo".
Calderón recibió los recados de Robinho en pantalón corto, zapatillas y camiseta amarilla en la playa de Riazor. El paseo mañanero se vio interrumpido por gestos muy elocuentes mientras hablaba por teléfono. A Schuster los mismos recados le pillaron en el hotel. "Nos lo esperábamos. Es la única manera que tiene el jugador de desbloquear la situación en la que nos encontramos todos", razonaron en el cuerpo técnico. El plazo de fichajes se cierra esta noche. El Madrid no venderá a Robinho si no llega un recambio. Y es que, de marcharse el brasileño, el técnico se quedaría con Robben como único extremo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.