_
_
_
_
Reportaje:HISTORIAS DE LOS JUEGOS | SIDNEY 2000 | PEKÍN 2008 | Juegos de la XXIX Olimpiada

España entra en crisis

Los miembros del COI no se atrevieron a darle los Juegos de 2000 a Pekín. En la Sesión de Montecarlo de 1993 prefirieron a la idílica Sidney por un solo voto. Los miembros tuvieron miedo a darle el premio al gigante comunista, con muchos problemas democráticos sin resolver. China se llevó tal decepción que según Juan Antonio Samaranch le costó mucho trabajo convencer al entonces presidente Jiang Zemin para que volviera a presentar la candidatura. Fue el "último logro" del presidente del COI, que se despedía tras 21 años en el cargo. Sin que la política china hubiese cambiado nada, "ya era el momento", como tantas decisiones discutibles.

Sidney no tuvo los problemas de Melbourne 56. Ni aduaneros, ni políticos. La complicidad de su gente completó unos Juegos de éxito, al "estilo Barcelona". Del día a la noche en comparación con Atlanta.

Ian Thorpe fue el asombro prePhelps. Pero sus tres oros y dos platas pronto quedarían superados. El remero británico Steven Redgrave se convirtió en el primer deportista en ganar oros en cinco Juegos consecutivos. El estadounidense Rulan Gardner dio una de las mayores sorpresas de la historia al impedir el cuarto título del gigante ruso Alexander Karelin en lucha grecorromana. La piragüista alemana Birgit Fischer pasó a ser la primera mujer que ganaba medallas en un plazo de 20 años. Con dos oros más, sumó siete, 10 en total, con tres de plata. En tan dilatada carrera, empezó con la RDA y terminó con la Alemania unida. Fue de las pocas atletas, como la saltadora de longitud Heike Drechsler, que siguió compitiendo tras la gran mentira del dopaje oriental. Eso las absolvió de toda duda.

Haile Gebreselassie ganó al sprint un 10.000 metros épico a Paul Tergat, y Michael Johnson repitió triunfo en 400, el primero que lo conseguía en la historia. Grande y limpio hasta el final, otra rareza. Marion Jones, en cambio, aún la reina con encanto de la velocidad, prometía cinco títulos, pero se quedó en tres con dos bronces en longitud y en el relevo de 4 x 100. Años más tarde lo perdería todo, hasta la libertad. La lacra del dopaje, extendida especialmente en algunos deportes, llevó a la eliminación de Bulgaria de la halterofilia tras dar positivo tres de sus primeros levantadores. La gimnasta rumana Andrea Raducan también perdió su oro del concurso múltiple, pero por un error de su médico, que le recetó un producto con una sustancia prohibida.

Estados Unidos volvió a ganar el medallero, como en Atlanta. Se había quedado solo en la cumbre, pues Rusia, segunda, ya no era la URSS y China aún seguía subiendo. Pero ya era tercera tras ser dos veces cuarta en 1992 y 1996.

España entró en crisis. Perdió la inercia de Atlanta y bajó a 11 medallas. Muchos diplomas, puestos entre los ocho primeros, y un nivel general casi mantenido, pero fracaso en los asaltos a los podios, los que pasan a la historia. Se volvió a las genialidades aisladas de tres grandes: la yudoca Isabel Fernández llegaba al oro tras ser bronce cuatro años antes y subían por primera vez a lo más alto Gervasio Deferr y Joan Llaneras. Para mayor sorpresa, el fútbol rozó la gloria al perder sólo en los penaltis con el Camerún de Eto'o y Kameni, debutante con sólo 16 años, y que había eliminado en un partido intensísimo al Brasil de Ronaldinho. España perdió otro no menos espléndido que tuvo en la mano y en el que acabó con nueve jugadores. Los Albelda, Puyol y Xavi se quedaron al borde de igualar a los Kiko, Guardiola y Luis Enrique de Barcelona 92.

SIDNEY 2000

- Países participantes: 199

- Número de atletas: 10.651

- 1º medallero: EEUU, 92 medallas (37-24-31)

- España: 323 participantes. 11 medallas (3-3-5)

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_