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Entrevista:DAVID BARRUFET | Portero de la selección española | PEKÍN 2008 | Balonmano

"Juego para ganar el oro y luego lo dejo"

En 1989, David Barrufet (Barcelona, 1970) circulaba por la Ronda de General Mitre de Barcelona, donde vive, conduciendo su moto RD y se comió la puerta de un taxi que se abrió por sorpresa: el dedo corazón de la mano izquierda se le quedó colgando. Nunca más ha vuelto a ponerlo recto y, por eso, se lo venda antes de cada partido para conseguir que pierda su forma de L. No era la primera vez que se rompía un dedo. A los 15 años, el pulgar de la mano derecha impactó contra la rodilla izquierda: se hizo añicos y hubo que recolocarle los huesos. Lógicamente, ha sufrido esguinces en el resto de los dedos de sus dos manos, que para algo es portero.

Salvo error u omisión de su memoria, el parte médico no ha terminado, hay más. En 1992, durante un partido amistoso en Canarias, se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla derecha. No le dolió mucho, pero días después de ser operado casi se muere: estaba en casa y le dio una embolia pulmonar. "Nada, un coágulo", relativiza. Pasó un mes hospitalizado, sin poderse mover. Sigue: "Hace cuatro años el doctor Jordi Ardévol me hizo un sangrado del cartílago". Total, dos meses y medio de baja. En abril pasado, sufrió una rotura de fibras en el gemelo derecho de 15 centímetros. "Es que son muchos años", comenta tan tranquilo el guardameta del Barça y de la selección española de balonmano, dos veces elegido el mejor portero del mundo.

"Me gusta sentir el golpe de la pelota en mi cuerpo; si lo noto, es que no es gol"
"Este equipo ha ganado confianza, respira buen rollo, y hay unidad"
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La respuesta está en su mirada

"Un animal", coinciden en el equipo al referirse a Barrufet, que el pasado miércoles, en los cuartos de final contra Corea, empezó en el banquillo. "Desde el Mundial de Túnez nos turnamos con José Javier Hombrados: un partido él, uno yo", explica el capitán. Salió a la pista en el minuto 51 y estuvo 14 sin encajar un gol, logrando detener el 58% de los lanzamientos del rival. Tiene el cuerpo apedazado, pero cada vez que para una pelota, lanzada normalmente a más de 90 kilómetros por hora, a más de 100 si le llega de primera línea, se siente feliz. "Me gusta sentir el golpe de la pelota en mi cuerpo", cuenta. "Si lo noto, es que no es gol".

Nacido en el barrio de Horta, al norte de Barcelona, Barrufet -nombre que reciben los pitufos en catalán; él, paradójicamente, mide 1,99 y pesa 115 kilos- ha ganado 7 Copas de Europa, 2 Recopas, 1 Copa EHF, 5 Supercopas de Europa, 11 Ligas, 5 Copas Asobal, 8 Copas del Rey y 14 Ligas Catalanas, todo con el Barcelona, club que capitanea y al que llegó en 1988 procedente del Colegio Sagrado Corazón de su barrio. Medalla de bronce en Sidney, ayer avisó: "Me quedan dos partidos con la selección: el de semifinales [hoy a las 14.15 hora española; la otra semifinal la juegan Francia contra Croacia] contra Islandia y la final. Perdí la semifinal contra Suecia en 2000; la próxima, la ganaremos, así que juego para ganar el oro y lo dejo". Sus hijos, Noa e Ian -"tuvimos que buscar nombres cortos porque se apellidan Barrufet Torrebejano", bromea- agradecerán tener a papá más tiempo en casa.

Los niños no están en Pekín, pero María del Carmen, su esposa, ha venido a verle jugar la final. Barru tiene claro que España está preparada para un reto. "Este equipo ha ganado confianza y respira buen rollo". Y añade: "Empezamos jugando mal, pero la unidad del grupo nos llevó adelante, sobre todo en los momentos más complicados. Contra Corea, en cuartos de final, jugamos mucho mejor. Hemos crecido, estamos unidos y confiados", afirma, tan convencido que resulta difícil no confiar en sus emociones, que ayer se desbordaron al dar el pésame en nombre del balonmano español a las familias de las víctimas del accidente aéreo de Barajas: "Nos ha dejado el corazón helado y un nudo en el estómago. Es una tragedia que nos duele a todos. Poco servirán de consuelo mis palabras, pero queremos mandarles un abrazo a los afectados y que sepan que en Pekín se llora por lo ocurrido".

David Barrufet celebra la victoria de cuartos contra Corea del Sur.
David Barrufet celebra la victoria de cuartos contra Corea del Sur.EFE

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