"Ante un accidente así, no te quejas, sólo piensas 'estoy vivo"
Resignados y sin apenas quejarse. Los pasajeros que volaban ayer entre Madrid y Barcelona no tuvieron más remedio que soportar la demora de entre una y dos horas con la que llegaban todos los vuelos que tenían como destino la capital catalana. El siniestro, y en especial su magnitud, no dejaba lugar a mayores lamentaciones. "Ante un accidente tan lamentable no te puedes quejar. Para nosotros no es nada... Nosotros estamos vivos", se resignaba un viajero argentino.
El resto de la actividad del aeropuerto de Barcelona funcionó con normalidad. Sólo en los mostradores de Spanair reinaba el desconcierto y el ajetreo. También había quien resoplaba y recordaba que justamente iba a volar con la compañía del avión accidentado.
Sin embargo, quienes más angustiados se mostraban eran los viajeros que debían embarcar en alguno de los dos vuelos que Spanair había fletado para llevar a pasajeros que debían hacer escala en el aeropuerto de Barajas en su ruta hacia Latinoamérica.
La compañía aérea facilitó alternativas (por ejemplo, autobuses) a estos clientes, que aguardaron toda la tarde para ver qué ocurría con sus viajes.
"Nos dicen que debemos esperar, y aquí esperaremos. No nos han dicho nada, no tenemos información", lamentaba Javier Espinosa, que debía hacer escala en Madrid para embarcar en un vuelo que le llevará a Ecuador.
La desinformación era, precisamente, la principal queja de los pasajeros: "Me han dicho que había un accidente, pero no me habían explicado que era de esta compañía", aseguraba algo molesto Jorge Parada ante el mostrador de Spanair.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.