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Reportaje:DETRÁS DE LA MURALLA | PEKÍN 2008 | Juegos de la XXIX Olimpiada

El 'chinglish' sobrevive a los Juegos

Las señales de tráfico, los avisos y los menús están traducidos al inglés, pero con errores gramaticales

Los visitantes extranjeros que aprovechan estos días los huecos entre prueba y prueba olímpica para hacer un poco de turismo en Pekín suelen acudir al Templo del Lama (Yonghe Gong), una sucesión de delicados jardines, impresionantes construcciones de madera, y budas alrededor de los cuales flota el olor a incienso.

Por el más famoso templo budista de China pasan muchos turistas al año. De ahí que no sea de extrañar que unos metros más al sur, en la acera de enfrente, un restaurante haya decidido colgar sobre la puerta de entrada un cartel que dice: "Relájese, tenemos menú en inglés".

La iniciativa no puede ser más acertada. El idioma chino es la principal dificultad a la que se enfrenta quien visita este país. Y nada hay más frustrante que sentarse a la mesa con el estómago rugiente -tras una intensa jornada de visitas culturales o trabajo olímpico-, coger la carta del menú entre las manos, y tener la sensación de estar encerrado en una cámara egipcia llena de jeroglíficos.

Existe un número al que llamar para denunciar cualquier atentado lingüístico
Los diseñadores copian palabras que ven en televisión sin saber lo que significan

Hace mucho tiempo que el Gobierno chino decidió paliar esta situación, traduciendo al inglés señales de tráfico, paneles publicitarios y avisos en los parques. Y también lo hicieron muchos restaurantes. Pero las carencias lingüísticas en China, que tan sólo comenzó a abrirse al mundo hace tres décadas, dieron lugar a casos extraordinarios de lo que vino a llamarse chinglish.

El Parque de las Minorías Étnicas (Ethnic Minorities Park) fue llamado Racist Park (Parque Racista), y platos como Beef and ox tripe in chili sauce (Callos de ternera y buey en salsa de chile) llegaron a los menús como Husband and wife's lung slice (Loncha de pulmón de marido y esposa).

Los errores gramaticales, las frases sin sentido y los atentados al buen gusto, debido a las traducciones literales por parte de tuertos en el reino de los ciegos o del uso de diccionarios en Internet, estaban por todos lados en la capital. Así que, cuando se acercaba la fecha de inicio de los Juegos, las autoridades lanzaron una heroica campaña para evitar un posible motivo de sonrojo y sorna entre los cientos de miles de turistas esperados y los 30.000 periodistas que cubrirían el gran evento deportivo. Crearon, incluso, una línea telefónica a la cual podían llamar los ciudadanos para denunciar cualquier atentado lingüístico, y gastaron grandes cantidades de dinero en corregir los errores.

"Un departamento del Gobierno organizó la traducción del menú hace unos meses", dice Tang, de 22 años, camarera en el restaurante frente al Templo del Lama, cuya extensa carta muestra excelentes explicaciones de los platos. "Lo han hecho por los Juegos, para que los clientes comprendan".

El resultado es que, a diferencia de otras partes de China, ya no es tan fácil ver en Pekín ejemplos de chinglish. Salvo que uno se fije en las camisetas que visten orgullosos los adolescentes en la capital, cada vez más influenciada por Occidente. Prendas que compran en tiendas como una del centro de Pekín, en la que se acumulan las erratas, colgadas de las perchas. Dragracing bulders, exhibe, serigrafiada, una camiseta, The Beatles. Paris Junuary 1964, muestra otra.

"¿En serio está mal escrito? Yo no sé lo que pone", dice Jin, la dueña del comercio, de unos 50 años. "A la gente le da igual, sólo le importa el dibujo. En cualquier caso, no es mi problema sino de la fábrica que las hace". Los diseñadores, a menudo, se limitan a copiar fotos y palabras que ven en películas y series de televisión, sin saber lo que significan. Como tampoco lo saben muchos de los compradores.

Algunos artistas han encontrado inspiración en el chinglish. Es el caso de O Zhang, una joven china, que vive en Nueva York. En su último proyecto, ha fotografiado a adolescentes con camisetas de estilo americano, con este tipo de inscripciones con errores, delante de iconos olímpicos como el Nido de Pájaro. Una forma de capturar los conflictos a los que se enfrenta la cultura china y la crisis de identidad que sufren los jóvenes, debido a la tremenda velocidad de cambio que vive el país.

Restaurante en el centro de Pekín con un cartel sobre la puerta que ofrece la carta en inglés.
Restaurante en el centro de Pekín con un cartel sobre la puerta que ofrece la carta en inglés.JOSE REINOSO

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