El alcohol desvirtúa la fiesta de Os Caneiros en Betanzos
La tradición aparece recogida en documentos de 1889
Secular, multitudinaria y en busca de recuperar la tranquilidad original de una celebración que se ha convertido en un gigantesco y primitivo botellón campestre. La romería pagana de Os Caneiros en Betanzos (A Coruña), una de las más antiguas de Galicia, volvió ayer a congregar a miles de personas a orillas del río Mandeo, donde corrió como es ya costumbre el vino y el jolgorio, amenizado por orquestas y charangas.
En esta ocasión, el Ayuntamiento extremó las medidas, los consejos y la vigilancia para evitar los excesos de los últimos años en los que el alcohol desvirtuó esta ancestral conmemoración. Los responsables municipales, que movilizaron un dispositivo especial de la Guardia Civil y la Policía Local, repartieron un millar de camisetas con el lema Conserva a tradición. Pero todos los intentos fueron vanos y pronto se desmadró la juerga de miles de jóvenes ebrios de vino y ganas de fiestas. La orquesta tuvo que parar de tocar en varias ocasiones, al ser abucheado por la multitud, y hubo lanzamiento de vallas.
La romería comenzó a mediodía a bordo de barcazas adornadas con guirnaldas de flores y hojas de palmera. En ellas se dio cuenta de abundantes viandas durante el trayecto fluvial (cinco kilómetros río arriba) hasta la explanada de Os Caneiros. Ya en tierra firme se da rienda suelta a la fiesta. Pero los betanceiros más apegados a la tradición prefirieron pasar la jornada a bordo de las lanchas. Existe documentación de 1889 en la que ya aparece la celebración, ahora de renombre nacional. Tiene origen en la costumbre de, tras celebrar el San Roque, ir hasta el campo que le da nombre para compartir las sobras.
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