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Crítica:la lidia
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La corrida acabó en sainete

La corrida boqueaba con más pena que gloria cuando el último espada de la corrida, el vizcaíno Iván Fandiño, se tiró a matar sin muleta, solo ante el toro. De pronto salió rebotado por los aires. Toda la cuadrilla, al quite. El torero volvió a repetir la acción y otra vez acabó por los aires. Esta vez pudo meter la espada. ¿Saben dónde? Pues más cerca del rabo que de los cuernos...

Al público no le gustó nada esa actuación. Puede comprenderse que lo hiciera como un gesto de desesperación para llamar la atención, para que se vea que es un valiente. Sin embargo, tuvo un efecto contrario. El público lo tomó como una excentricidad que se salía de los cánones del toreo. Porque el toreo tiene sus cánones. Cánones en cierto sentido casi sagrados. Los toros pastan en las verdes horas para que sean lidiados según los cánones... En todo caso, no es la única vez que se ha realizado algo parecido en una plaza de toros. No obstante, si se llega a hacer eso es menester hacerlo bien. Tirarse a matar de frente, buscando apartarse lo justo para no ser volteado, a la manera ejecutoria de la suerte de recibir. Si sale bien, vale un premio al valor. Si sale como lo de ayer de Fandiño, el resultado acaba por inscribirse como la charlotada del año.

Torrestrella / Barrera, Bolívar, Fandiño.

Toros de Torrestrella. Bien presentados, justos de fuerza, manejables.

Antonio Barrera: dos pinchazos -aviso-, media estocada y descabello (silencio); aviso antes de entrar a matar, pinchazo y estocada desprendida (ovación).

Luis Bolívar: estocada defectuosa (silencio); pinchazo y estocada (ovación).

Iván Fandiño: dos pinchazos y estocada (ovación); estocada traserísima y descabello (aplausos y pitos).

Plaza de Toros de Vista Alegre. Bilbao, 17 de agosto. Segunda de Feria. Dos tercios de entrada.

La corrida de Torrestrella dio juego como para que los diestros cortaran las orejas. La realidad dice que ni siquiera se les premió con una modesta vuelta al ruedo.

Antonio Barrera demostró voluntad y poco más. No se puede tomar el redondel como si fuera una mina de carbón.

El colombiano Luis Bolívar puso de relieve poco oficio en su primero. En su segundo mejoró. Trató de hacer un toreo profundo, pero sin llegar a culminarlo.

Por su parte, Iván Fandiño, antes de la hora del sainete final, instrumentó algunos muletazos con cierto temple en su primero, para trenzar una faena desigual en su segundo. Lo mejor en su haber: unos lances ceñidos y el remate a su primero. Luego vino lo de su error al tirarse a matar de la manera anteriormente descrita. Lo prueba la pitada que recibió cuando se despedía. Ya se sabe que en el árbol frutal nunca se pueden encontrar patatas.

Iván Fandiño, en su segundo toro.
Iván Fandiño, en su segundo toro.FERNANDO DOMINGO ALDAMA

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