"Noya, para mí, como si fuera neozelandés"

Los de Pekín son los terceros Juegos para Iván Raña, los primeros a los que el triatleta gallego (Ordes, A Coruña; 29 años) acude sin la responsabilidad de ser el líder del equipo español, puesto del que le ha desplazado otro gallego, Javier Gómez Noya, el Tiger Woods del triatlón. Quizás por ello Raña llega más tranquilo, más relajado que nunca, pero igual de ambicioso. O quizás no; quizás sea porque los años ya le han dado perspectiva, le han enseñado a relativizar. "Voy a por todas", advierte el campeón del mundo de 2002; "quiero estar delante o atrás, no en el medio". La prueba se disputa esta madrugada (04.00, TVE 1).

Pregunta. Está tan relajado y tranquilo que hasta se ha ido un día a la playa.

"En el triatlón no es posible el juego de equipo. Noya y yo iremos a lo nuestro"

"No soy favorito, pero eso puede cambiar en la carrera. Estoy con presión interna"

Respuesta. Sí, sí. Ha sido en Corea del Sur, donde hemos estado concentrados hasta el viernes pasado. Cogimos una bañerita hinchable que usábamos para meter las piernas en hielo y nos hemos ido al mar a jugar a las olas. Hace cinco años habría sido impensable tener un día libre.

P. Tiene 29 años y llega a sus terceros Juegos. En los primeros, cuando era casi un niño, terminó quinto. En Atenas iba de favorito y salió trasquilado.

R. De los de Sidney guardo el mejor recuerdo. Llegué con las cosas muy claras. Quería correr mucho y quedar delante, pero tenía 21 años y ninguna responsabilidad. Estuve relajado, de otra manera. En Atenas hice todo lo que pude y más, pero siempre estresado y no disfruté tanto. A Pekín llego con más tranquilidad.

P. ¿Influye en ese estado de ánimo el que Gómez Noya llegue ahora como campeón mundial y gran favorito?

R. No pienso mucho en ello. No soy favorito ahora, pero eso puede cambiar durante la carrera, así que estoy con bastante presión interna. Pero esa misma presión hace un par de años no me permitía darme ni un respiro. Ahora eso se ha acabado. Tengo las mismas condiciones que antes de Atenas, pero lo afronto de manera diferente.

P. Después de Atenas, rompió con su entrenador de toda la vida, César Varela, con el que, sin embargo, regresó más tarde.

R. Eso ha formado parte de mi proceso de maduración. Tengo la suerte de que ha querido él que fuera yo quien tomara decisiones que me afectan, que aprendiera a manejarme solo. Ahora, aunque hablo con él todos los días por teléfono, puedo estar sin él, como en la concentración de Corea, y hacer las cosas bien.

P. Físicamente, ¿cómo llega?

R. Me he entrenado muy bien. Incluso me he arriesgado un poco a quedarme corto, porque con vistas a Atenas me pasé, y hace un par de días hasta pensé que no llegaba en condiciones. Pero quiero jugarme el todo por el todo. O quedo delante o, si me equivoco, detrás, pero no quiero estar el vigésimo. Tengo claro que lo que venga es lo que valgo.

P. ¿Y eso es mucho?

R. Me he tranquilizado cuando en las últimas series de carrera me he visto con fuerza. Tengo muy buen feeling. Si acabo el 45º, será porque tengo que estar ahí, y si subo al podio, igual. Me he preparado bien. Lo digo siendo sincero conmigo mismo, porque otras veces me podía engañar.

P. Le habrá ayudado a sentirse mejor el ganar la última Copa del Mundo, en Kitzbühel.

R. Eso ha significado que me he entrenado mejor que otros años, que estoy incluso mejor que cuando gané el Mundial. En Austria gané con cierto margen. Mediada la carrera a pie, llegué a llevar 38 segundos al segundo.

P. En la prueba de ciclismo, todo el mundo alabó al equipo que llevó al oro a Samuel Sánchez. ¿En el triatlón es posible el juego de equipo?

R. No, no. Cada uno, Javi y yo, iremos a lo nuestro. Él es el favorito si bajamos de la bici a correr todos juntos, pero, si se forman grupos, no me importará atacarle ni que él me persiga si voy escapado. Es normal que, si me escapo, él, que también quiere ganar, no me deje. Por mí, como si fuera neozelandés. Son mis terceros Juegos, quizás mi última oportunidad olímpica, y quiero ir a por todo. Así que, para mí, Javi será un competidor más. Será una competición muy abierta. Haciendo cálculos, hemos visto que, por lo menos, 12 pueden ganar, una situación que, quitando el ciclismo, no se da en ningún otro deporte. Y yo me jugaré mis bazas.

P. Da la sensación de que el triatlón español se ha profesionalizado mucho, que antes eran como un grupo de amigos y ahora todo es más serio y responsable.

R. Pero no es tan profesional como parece. Es verdad que en la concentración lo importante es comer, entrenarse y dormir, pero entre nosotros, y con los fisios, el cocinero, el médico, los técnicos..., nos llevamos muy bien. Unos mejor que otros y cada uno con sus horarios y sus manías, pero todo muy relajado.

P. Parece otro hombre.

R. Ya sé que no por mucho madrugar amanece más temprano. Eso es algo que no vale que te lo digan. Tienes que ser tú el que lo vea. Saldrá lo que saldrá. Yo he hecho lo que tenía que hacer para estar aquí.