Hallado el cadáver acuchillado de un obrero en un local de la calle de Alcalá
El cuerpo, tirado sobre un charco de sangre, tenía múltiples puñaladas
El local de la calle de Alcalá, número 106, estaba en obras desde finales de julio. El suelo, cubierto de cartones para protegerlo de pintura y golpes. A las nueve de la mañana de ayer, dos trabajadores de la empresa de reformas habían quedado allí para dar los últimos toques durante la jornada del domingo. Nada más abrir la puerta, uno de ellos descubrió el cuerpo de su compañero cosido a puñaladas tumbado en una esquina. Los cartones del suelo y las paredes estaban cubiertos de sangre.
El hombre trabajaba en las obras de reforma del comercio
Inmediatamente llamó a los servicios de Emergencias. Llegaron las ambulancias de Samur-Protección Civil, que comprobaron que el hombre ya había fallecido. Presentaba múltiples heridas de arma blanca diseminadas por todo el cuerpo: tórax, abdomen, cara, cráneo y brazos, según explicó un portavoz de Emergencias Madrid. El juez ordenó el levantamiento del cadáver, que fue trasladado al Instituto Anatómico Forense sobre las doce del mediodía.
Fuentes de la investigación explicaron ayer que aún es pronto para establecer el móvil del crimen, si bien se descarta que pudiese tratarse de un robo y se baraja que el crimen se produjese por una reyerta o un ajuste de cuentas después de una noche de copas. Los compañeros de la víctima aseguraron que lo vieron por última vez cuando salió del local donde se realizaban las reformas, alrededor del mediodía del sábado.
El encargado de la obra explicó que el fallecido es un paraguayo de 37 años cuyas iniciales son C. S. S. Z., según la tarjeta de identificación de extranjero que presentó para obtener el trabajo. Fuentes policiales advirtieron de que no se podrá facilitar la identidad del fallecido hasta que se compare la huella dactilar del cadáver con la de dicha tarjeta de identificación, según la cual el paraguayo residiría y trabajaría legalmente en España. Será necesario esperar a los resultados de la autopsia, que se practicará previsiblemente a lo largo de la mañana de hoy. La cautela en la identificación se debe, según la policía, a que en ocasiones, los inmigrantes indocumentados superponen una fotografía sobre una tarjeta de identificación original a la hora de presentar los documentos necesarios para solicitar un empleo.
Agentes de la Policía Científica y de Homicidios inspeccionaron ayer el lugar del crimen durante toda la mañana, en donde se podían observar huellas de pisadas marcadas con sangre. Mientras, los vecinos curioseaban tras los precintos policiales que circundaban el antiguo local de telefonía en reformas. "Antes de que pusieran las cintas, podías verlo todo si te asomabas por la parte limpia del cristal", aseguraba un chaval de unos 15 años a otro que lo acompañaba, mientras alargaba el brazo señalando a la vidriera enyesada del escaparate.
El ambiente entre los curiosos mezclaba lástima y resignación. "No me sorprende", coincidían los vecinos que pasaban frente a la tienda. "Con cómo está Madrid últimamente, por estadística, alguna vez nos tenía que tocar algo así de horrible muy cerca", explicaba el portero de unas viviendas vecinas.
Este homicidio eleva a 43 el número de muertes violentas en la Comunidad de Madrid en lo que va de año, de las que ocho fueron mujeres víctimas de violencia de género.
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