"Me perdí la apertura, sólo quería competir"

Patricia Moreno (Madrid, 1988) ganó para España la primera medalla de la gimnasia artística femenina en Atenas 2004. Casi por casualidad. Entre las favoritas en suelo estaba su compañera Elena Gómez, que no logró meterse en la final, pero ella, una chica diminuta de 16 años entonces -menos de 1,50 metros y 40 kilos de peso- le pasó por la derecha y se colgó el bronce. La madrileña abrió sus enormes ojos y sonrió. Fueron sus primeros y últimos Juegos. Hace dos meses, lastrada por las lesiones, anunció su retirada.

Pregunta. ¿Qué recuerdo tiene de los Juegos?

Respuesta. Fue una experiencia muy bonita en la Villa Olímpica, con el resto de los atletas y también por la competición. Era una más del equipo. Iba muy tranquila y estaba allí, en unos Juegos. Nos lo pasamos muy bien.

P. ¿Su mejor competición?

R. Sin duda. Junto al Europeo del año pasado.

P. ¿Estuvo en la ceremonia de apertura?

R. No pudimos. Competíamos al día siguiente y nos quedamos descansando.

P. ¿No le da pena pensar que no desfiló?

R. Lo único que quería era competir. La clausura también nos la perdimos porque volvimos a casa. Pero son tantas emociones juntas que no te das cuenta. Vinieron a verme mis padres, mi hermana, mis tíos...

P. ¿Ha visto la competición de sus compañeras anoche por la tele?

R. Sí, sí. Me he levantado a las seis de la mañana sólo para verlas. Ha sido una pena lo de Lenika...

P. ¿Ha hablado con ella?

R. No lo he intentado. Pero sí que les he mandado un sms.

P. ¿No le da envidia no estar ahí?

R. Para unos Juegos tienes que estar muy entrenada y a mí no me estaban dejando las lesiones. Por eso he decidido retirarme. Quiero estudiar, pensar si quiero ir a la Universidad... También he empezado a trabajar con niñas en el Centro de Alto Rendimiento. Quiero seguir en esto.

P. ¿Le atraen los Juegos como espectadora?

R. Me gusta todo. El baloncesto, el atletismo, la gimnasia masculina y la rítmica, por supuesto... Fíjese que me acuerdo de Barcelona 1992...

P. ¿Ya se entrenaba?

R. ¡Qué va! Tenía cuatro años.