Desconexión peligrosa

Rudy Fernández no tiene que dormir en el suelo como sucedió hace cuatro años en Atenas y la flamante Villa Olímpica de Pekín ha contentado incluso a estrellas de la NBA como Pau Gasol y Dirk Nowitzki. La pega, esta vez, para una selección escrupulosa en la puesta a punto de sus jugadores, es que no dispone de credenciales suficientes para que todo el equipo técnico y médico acceda a la Villa y a los pabellones. "Contamos con 18 acreditaciones para el equipo masculino y otras tantas para el femenino. Es lo normal. Estamos resolviendo ese pequeño problema sobre la marcha. No vamos a buscar ninguna excusa. Esta generación merece estar en un podio y tenemos equipo, que es lo fundamental", previene el presidente de la Federación Española, José Luis Sáez.

Entre los miembros del equipo que no han podido ser incluidos en la Villa están Juan Orenga, ayudante técnico de Aíto García Reneses, Nacho Coque, preparador físico, y Gonzalo Ibáñez, médico de las chicas. Directivos y delegados negocian la concesión de pases de día y a para los pabellones.

La selección masculina debuta el domingo contra Grecia, once días después de su último amistoso. "Eso no es problema", dice Aíto. "El problema son los tres días que no hemos podido entrenarnos a causa del viaje, la estancia en Shanghai y la llegada a Pekín". Mientras, Estados Unidos ha disputado del 1 al 5 de agosto tres partidos contra Lituania, Rusia y Australia. "La diferencia es que ellos empezaron más tarde. Pero eso no me inquieta", puntualiza el seleccionador. Tampoco concede mayor relevancia a la forma arrolladora en que los estadounidenses resolvieron sus compromisos, todos por un mínimo de 21 puntos, excepto contra Australia: 87-76. "Estáis muy pendientes de Estados Unidos y de momento tenemos que centrarnos en Grecia que es un rival dificilísimo y viene de un Preolímpico donde ha marcado un gran nivel".

Calderón, Berni Rodríguez y Carlos Jiménez, Aíto y Sáez representaron a la selección en la recepción en la Universidad de Pekín donde fue desplegada una camiseta gigante. En sus 300 metros cuadrados se han estampado más de 100.000 firmas de apoyo. A continuación se rubricó la renovación del contrato por cuatro años con la firma china de material deportivo Li Ning. El acto tuvo su momento místico con la actuación de un grupo de monjes Shaolin y los jugadores fueron invitados a beber un licor que, según la tradición, da coraje. Se trataba de agua. Los jugadores, tenían que salir disparados para afrontar su segunda sesión de entrenamiento de la jornada.