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Apariencia de rehabilitación en Málaga

El trabajo del Ayuntamiento en algunos bloques de La Palma acumula deficiencias

Desde lejos, salta a la vista que el aspecto de los bloques del malrreputado barrio malagueño de La Palma ha mejorado ostensiblemente desde que hace cuatro años el Ayuntamiento acometió un plan de rehabilitación integral de las viviendas. De pintura están impecables, pero esta primera impresión da un giro radical cuando se acortan distancias.

Techos caídos o cables al aire junto a filtraciones de agua son habituales
El Ayuntamiento aduce que certificó las obras y volverá a inspeccionarlas

Es sabido que las apariencias engañan, y en este caso lo hacen hasta el asombro. Porque sorprende saber que edificios con techos caídos, bajantes al descubierto, filtraciones de agua, tendido eléctrico al aire, y suelos desgastados figuran en un listado con el epígrafe "estado de la obra terminado" en el Instituto Municipal de la Vivienda (IMV). Se supone que están rehabilitados, recientemente rehabilitados.

El bloque del número 8 de la calle Deva es un caso paradigmático por el cúmulo de deficiencias que presenta. La capa de yeso del techo del soportal por el que se accede al edificio se vino abajo, y con el cemento, han quedado a la vista bajantes y cables eléctricos, junto a los que hay además agua debido a una filtración. A lo largo de la fachada -el bloque tiene 14 plantas- queda al aire el tendido eléctrico que llega a los contadores, con los cables liados con los de la antena. Los escalones están muy desgastados, las paredes sin pulir y en algunos tramos se han caído partes del alicatado. Uno de los dos ascensores no funciona. Los descansillos de las escaleras se arreglaron con planchas de sintasol. Una vecina se queja de que "a cada instante" tienen que ir a desatorar, y da su versión sobre las obras de rehabilitación: "Vinieron, pintaron por fuera, cambiaron los descansillos de las escaleras y ya está".

Desde una ventana de uno de los pisos bajos de este bloque se ve como su dueño ha acabado por inutilizarla con una tapia en la puerta. En el piso viven niños y esa misma habitación, por la pintura que tiene, debió ser infantil. El cuarto está lleno de humedad y parte del techo se ha desplomado.

Algo parecido ocurre en el número 14 de la calle de Guadalbullón, otro edificio donde las obras de rehabilitación ya terminaron. Sin embargo, en la galería por la que se llega hasta el portal hay parte del techo desprendido por fugas de agua. Se aprecia que los desprendimientos se han producido en varias veces, y que no son precisamente recientes.

Hay una tubería de un bajante al descubierto. "Estaba rota y por ahí caía agua", dice el propietario de una pequeña tienda que afirma que él mismo se ocupa de pintar la galería en sus ratos libres con dos cubos de pintura que le han proporcionado en la Junta de Distrito.

Dentro del edificio, la situación de las escaleras y del suelo es muy similar a la de Deva, 8. Aquí tampoco funciona uno de los ascensores y hay huecos de interruptores de la luz al descubierto, con los cables al aire.

Estos dos edificios forman parte del primer paquete de rehabilitación incluido en el plan municipal que se ejecutó en 2004. Eran cuatro edificios, y las obras costaron 840.000 euros. Según datos del IMV, el programa de rehabilitación de La Palma contempla actuar en 61 de los 88 bloques de esta barriada de VPO construida hace unos 35 años.

Hasta el momento ya se han concluido las obras de rehabilitación en 48 edificios. El consistorio tiene proyectos redactados para los 88 bloques, pero hay 27 en los que no está constituida la comunidad de propietarios, y el programa contempla que sea una actuación conjunta, con una aportación municipal del 90% y de los vecinos del 10%. El consistorio emplea 10,3 millones de euros en el programa. Inicialmente debía ser concertado con la Junta, pero la falta de acuerdo sobre como actuar hizo que las dos administraciones se repartieran las competencias. La Junta se quedó con la barriada de Las Flores, y el Ayuntamiento con La Palma.

El gerente adjunto del IMV, José María López Cerezo, explica que cuando se concluyen las obras, los técnicos municipales comprueban que la actuación es correcta y la certifican. Distingue desperfectos que pueden deberse al uso y que corresponden al mantenimiento ordinario del edificio, que es competencia de la comunidad de propietarios. En conversación mantenida el pasado viernes, se confesó sorprendido por la situación del techo del soportal de calle Deva, 8, y anunció que los técnicos del instituto realizarían una inspección.

Recuerda que el Ayuntamiento actúa sobre las zonas comunes y en los suministros "sólo desde las arquetas para adentro" -el tendido eléctrico es responsabilidad de Endesa-. Explica que se ha cambiado toda la infraestructura de bajantes, conducciones, cuadros de contadores y se han repuesto los ascensores, las cubiertas y la solería.

Aspecto actual de la entrada al bloque de calle Deva, 8.
Aspecto actual de la entrada al bloque de calle Deva, 8.JULIÁN ROJASJ

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